Expertos brindan detalles para el momento de realizar las aplicaciones

Expertos brindan detalles para el momento de realizar las aplicaciones

Desde las condiciones del día, y la forma de hacer los caldos, hasta el estado de la maquinaria.

20 Noviembre 2021

Una vez que se generalizan las lluvias, ya es posible realizar las aplicaciones de herbicidas -tanto posemergentes como residuales-, sin que el productor deba preocuparse por la falta de humedad o el estrés de las malezas. Así lo indicarton técnicos de la sección Manejo de Malezas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

De todas formas, advirtieron que resulta importante corroborar que las condiciones al momento del trabajo del mosquito estén dentro de lo aceptable para las pulverizaciones: humedad relativa mayor al 55%, temperaturas que no superen los 30º C, velocidades de viento inferiores a 10 km/h, ausencia de inversión térmica.

“Además de tener la maquinaria lo mejor posible (bombas, manómetros, cañerías y boquillas en condiciones adecuadas), resulta clave hacer una calibración y evaluación de la distribución y del tamaño de las gotas. Esto asegurará que una mayor proporción del activo herbicida llegue al destino y pueda ser absorbido por la planta o incorporado al suelo para garantizar su actividad”, dijeron.

Destacaron que siempre será bueno corroborar la calidad de las aplicaciones mediante el uso de tarjetas hidrosensibles, las cuales brindan valiosa información sobre la distribución del caldo en el lote: “por medio de estas podremos estimar la distribución de tamaño de las gotas, el número de impactos por cm², el volumen aplicado, y la eficiencia final de la aplicación”.

Otro aspecto de gran importancia es optimizar el agua de pulverización, ya que este será el vehículo que asegurará la llegada del activo herbicida al objetivo. “En esto, tiene particular relevancia en el tipo de agua que se utilice para las aplicaciones de glifosato y la mayoría de los herbicidas, ya que estos son típicamente ácidos débiles, que pueden interactuar con los cationes de agua”, señalaron. Debido a ello, aconsejaron que se conozcan las características físico-químicas del agua de pulverización. “Y si existe exceso de dureza o desviación del pH normal, será necesaria la corrección de esta. Hay numerosas herramientas para ello; una de más comunes es el uso de sulfato de amonio para contrarrestar la dureza y evitar así la inactivación del glifosato y otras moléculas polares (graminicidas, 2,4-D, etc.), así como para facilitar el ingreso y movimiento de las moléculas herbicidas dentro de la planta”, indicaron.

Contaron que existe una diversidad de productos para asegurar la dispersión de las gotas, para evitar la evaporación y para potenciar la absorción de los activos en la pulverización.

“Al momento de la preparación de los caldos de pulverización debe tenerse en cuenta otro aspecto muy importante: la compatibilidad física y química de los productos. Se debe revisar si el marbete de cada producto advierte sobre posibles incompatibilidades”, dijeron.

Añadieron que existen pautas para el orden en que se deben ir incorporando las diferentes formulaciones dentro del tanque (Tabla 1: orden recomendado de carga en el tanque de diferentes tipos de formulaciones de fitosanitarios). “En general, se recomienda hacer una prueba de compatibilidad a escala, con un recipiente transparente que nos permita ver si los productos, colocados a la proporción prevista para la tancada, no presentan separación de fases o precipitados”, explicaron.

Una vez preparado el caldo, y después de haber incorporado el agua de lavado de los envases al tanque de la pulverizadora es importante realizar la inutilización y la disposición final de los envases vacíos de fitosanitarios, de acuerdo a lo reglamentado por la ley Nº 27279 (Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión de los Envases Vacíos de Fitosanitarios), que establece que el productor o aplicador deben realizar el triple lavado o lavado a presión de los envases con agua limpia. “Esto debe hacerse en el mismo momento en que se realiza la carga de la pulverizadora, para luego depositar los envases inutilizados en un lugar seguro para acopiarlos y trasladarlos a los Centros de Acopio Transitorios (CAT). Tucumán cuenta con dos CAT registrados, uno en Alberdi y otro en La Virginia, donde los productores pueden llevar los envases vacíos”, indicaron los técnicos de la Eeaoc.

Evaluación

Recordaron que después de cada aplicación es importante continuar con los monitoreos, tanto para corroborar la efectividad de la aplicación realizada como para identificar posibles nuevas emergencias. “Algo muy importante que debe tenerse en cuenta es que para especies como Borreria, atacos y algunas gramíneas, los lotes no deben presentar rebrotes al momento de la siembra, ya que estos resultan de muy difícil manejo una vez que el cultivo se ha establecido. Además, la presencia de ellos puede limitar la emergencia, aspecto muy crítico sobre todo en el cultivo de maíz”, destacaron.

Finalmente, señalaron que para informarse más en detalle sobre cualquiera de los aspectos descriptos en esta nota, los interesados pueden comunicarse con los técnicos de la sección Manejo de Malezas de la Eeaoc, mediante un mail a [email protected], o mediante un llamado al teléfono 0381-4521058.

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