Cómo influye la covid-19 al elegir una carrera

Cómo influye la covid-19 al elegir una carrera

El desarrollo de la informática y de la tecnología ha permitido a los jóvenes abrir sus posibilidades de opciones académicas

MOMENTO DE INDECISIÓN. Cuando se termina el secundario, no todos saben qué carrera van a seguir. MOMENTO DE INDECISIÓN. Cuando se termina el secundario, no todos saben qué carrera van a seguir.

Alegría, en muchos casos, a veces incertidumbre, también angustia. Concluir una etapa implica cerrar una puerta para abrir otra, como sucede cuando se termina la secundaria. Quienes tienen la posibilidad de continuar estudios universitarios se preguntan qué carrera seguir, hay quienes ya lo saben, pero un pelotón numeroso está indeciso o desorientado. El miedo a equivocarse los pone en aprietos porque, en principio, se piensa que la elección es para toda la vida, tal vez lo que más temor provoca, sin embargo, se sostiene que nada es para toda la vida y lo positivo es que se puede cambiar. ¿Qué estudio? ¿Elijo lo que me proporcione una salida laboral o status? ¿Hasta qué punto influyen los padres o el entorno? “En el año 2020, la presencia de la covid-19 provocó grandes cambios en diferentes aspectos tales como: la salud, la economía, los negocios, las relaciones humanas, lo que fue generando la aparición de necesidades y preguntas sobre todo en el momento de elegir una carrera para estudiar y formarse como futuro profesional”, señala la psicóloga Lorena Kamel, que dicta los talleres de Orientación Vocacional en la Casa del Estudiante de la UNT.

- ¿Cuáles son las carreras universitarias más elegidas por los jóvenes en la actualidad? ¿Las de rápida salida laboral han desplazado a las carreras tradicionales?

- La mayoría de los chicos y chicas que están llevando a cabo su elección vocacional son aquellos nacidos luego del año 2000. Sabemos que tienen acceso a la tecnología desde muy jóvenes, que son multipantallas (celular, tablet, compu, TV, wearables, play), pasan más de tres horas por día frente a ellas, se comunican con imágenes (emojis, memes, gif, etc.), muchos de ellos buscan ser autodidactas y emprendedores. Siguiendo la información obtenida de los distintos talleres de orientación vocacional de este último tiempo podemos pensar que las carreras con mayor inclinación a ser elegidas fueron las vinculadas al área de las ingenierías y programación, las vinculadas al diseño, comercialización-marketing, psicología, medicina, abogacía y las relacionadas al cuidado del cuerpo, como nutrición y educación física. Varios jóvenes que se encontraban preparando para el ingreso a la carrera de medicina, luego de las repercusiones a raíz de la pandemia y reconociendo la importancia y la necesidad de tener mayor personal de la salud llevaron a replantearse su elección: vinculación del trabajo de médicos y resto de personal de la salud con el salario que reciben, las condiciones del mismo y el riesgo al que se exponen. Las carreras cortas, como tecnicaturas en programación, comienzan a aparecer como las más llamativas. Algunos padres que pertenecen a otra generación en general buscan que sus hijos sigan las llamadas carreras tradicionales: abogacía, contador, medicina, ingeniería. Los chicos que tuvieron la oportunidad en su formación de nivel secundario de pasar por alguna experiencia en los diferentes proyectos de los Modelos ONU buscan seguir la carrera de ciencias políticas o relaciones internacionales, pero su temor a no conseguir empleo en el área los lleva a optar a algunos por la carrera de abogacía.

- ¿El desarrollo de la informática y de la tecnología han influido en su elección?

- Se puede percibir que el desarrollo de la informática y de la tecnología ha permitido a los jóvenes abrir sus posibilidades de elección. El incremento del uso de las pantallas, las plataformas streamings, las diferentes aplicaciones para los celulares generaron la necesidad de carreras que preparen para cubrir estas demandas. La situación de pandemia llevó al sistema educativo, en general, a plantearse la importancia de la formación virtual, lo que permite también que esta sea accesible para un mayor número de personas. Esta crisis vivida por la presencia del virus nos llevó cada vez más al desarrollo de software y a la posibilidad de los home office. Los negocios también comenzaron a digitalizarse. Las ventas digitales llevaron a ampliar la demanda de ingenieros en informática, programadores, especialista en marketing, pero también de diseñadores para poder hacer más atractivos sus negocios y ofertas. También vemos la necesidad de profesiones como las economías que se comenzaron a vincular con la informática para las actividades financieras, las inversiones, las monedas virtuales, etc. Es importante señalar que los chicos que están cursando el primer y segundo año de la universidad están atravesando por una situación particular. En varios adolescentes que transcurrieron su último año del secundario de forma plenamente virtual, así como aquellos que llevan dos años de formación académica solo desde la virtualidad, han manifestado un gran impacto de esta situación en sus motivaciones y emociones. Se observa cierta desmotivación por el aprendizaje basado solo en la virtualidad y no poder vivir el contacto vincular y todo lo que implican las actividades propias del cierre de un nivel educativo y del inicio de otro. Los padres también se acercan preocupados por la realidad de sus hijos.

- ¿Hasta qué punto influye el “tener éxito” (fama y ganar plata) en la elección? ¿Cuáles son las principales dudas?

- Podríamos pensar que la idea de tener éxito en los jóvenes está ligada a la del cuidado del planeta, a dejar algo beneficioso para el otro con su futuro trabajo y se observa un gran sentido del bien común. Más allá de eso, es notable que muchos vinculan el éxito con el poder “vivir bien”. Algunos manifiestan su admiración y ganas de ser futbolistas o de ganar dinero siendo gamers, youtubers o tiktokers. Muchos jóvenes llegan al taller expresando el deseo de buscar una carrera que les permita en algún momento trabajar en el extranjero, pensando en esto como una posibilidad que les brindaría una idea de estabilidad y seguridad. Con respecto a las principales dudas, las mismas son de distintas naturalezas como: ¿qué pasa si me confundo de carrera?, ¿es “mucho” lo que tendré que estudiar y si no lo logro? ¿Y si me aburro? También aquellas vinculadas a la falta de hábitos de estudio, a la motivación, a perder el interés, a no soportar una frustración como un aplazo, etc. Pero la duda que aparece como una constante es si podrá “ganar dinero” con su profesión, lo suficiente como para poder tener su casa propia, su auto y viajar. Es importante que los jóvenes sepan que en esto no están solos, que cuentan con un espacio de escucha, de intercambio y acompañamiento para tomar sus decisiones.

El acompañamiento

Desde su campo que es la orientación educativa, la psicóloga Viviana Reyes, directora del Instituto de Orientación Vocacional y Educativa, de Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, remarca el valor que tienen padres, docentes, actores sociales y comunitarios, en el acompañamiento de los jóvenes en el trayecto de elecciones vocacionales. En ese paso de construcción de futuro, estar ahí cuando buscan información, escucharlos cuando comentan, sumarles referencias sobre fuentes distintas a las que marcan los buscadores de la red, generarles espacios de conversación o distintos referentes sobre el campo de conocimiento o de trabajo que les está interesando, y especialmente, habilitar la conversación entre jóvenes y mayores porque en ese diálogo surgirán historias y se expresarán deseos que resultarán verdaderamente “orientativos”.

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