“Lamentablemente, la muerte de Érika no sirvió de nada”

“Lamentablemente, la muerte de Érika no sirvió de nada”

La ex fiscala Giannoni recordó el homicidio de la niña.

BARRIO HUMILDE. Érika perdió la vida el 3 de julio de 2020 después de haber sido golpeada en la cabeza. LA GACETA / FOTO DE JOSé NUNO BARRIO HUMILDE. Érika perdió la vida el 3 de julio de 2020 después de haber sido golpeada en la cabeza. LA GACETA / FOTO DE JOSé NUNO

La confirmación del crimen de Rocío Rojas se produjo el mismo día en el que se cumplía el primer aniversario de otro homicidio que conmocionó a los tucumanos: el asesinato de Érika, una niña que también fue entregada de manera irregular por parte del Estado, que tampoco realizó los controles que por ley está obligado a hacer.

“Se hizo un gran trabajo de investigación para determinar quién había acabado con su vida, pero también sumamos indicios para demostrar que los profesionales de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf) podrían haber incumplido con sus deberes de funcionario público”, recordó la ex fiscala Adriana Giannoni, que estuvo al frente de la investigación.

Érika vivía con su madre y sus hermanas en la casa de su abuela materna en un humilde barrio de Banda del Río Salí. Los profesionales de la Dinayf las sacaron de ese hogar al descubrir que prácticamente estaban abandonadas, ya que su progenitora estaba en situación de calle por sus graves problemas de adicción.

En agosto de 2019, por recomendación de los funcionarios de la oficina estatal, la Justicia decidió otorgarle la guarda legal a Roque Aguirre, abuelo biológico de la niña. El informe de los especialistas señaló que podía hacerse cargo de las niñas, que las pequeñas vivirían en una casa humilde de Catamarca al 1.200 y que la compartiría con la nueva pareja del hombre y los tres hijos de ese matrimonio, todos menores de edad. En ningún lado consignaron que en ese domicilio había antecedentes de violencia doméstica.

El 3 de julio de 2020, el hombre la llevó al hospital Avellaneda porque se había desvanecido. Los médicos que la atendieron no pudieron salvarle la vida y dieron aviso a las autoridades porque sospechaban que estaban ante un caso de maltrato infantil. Giannoni logró que se ordenara la detención de Aguirre y de su pareja, Fátima del Valle Lucena.

Con el resultado de las pericias, determinaron que Érika había fallecido de un fuerte golpe en la cabeza y que además tenía varias lesiones de vieja data. En diciembre del año pasado, la causa se elevó a juicio. En el debate, que debe desarrollar la Sala I, Lucena afrontará cargos por homicidio agravado por alevosía y por el vínculo. En tanto que Aguirre fue acusado de lesiones graves y abandono de persona.

También se consideró que debían ser investigados los funcionarios de la Dinaif por los informes que habilitaron a que Érika fuera entregada a esa familia. Por último, también se cuestionó que los funcionarios no hayan respondido los llamados de los vecinos que habían denunciado que la pequeña era víctima de maltrato por parte de sus cuidadores. El caso debía ser investigado por la fiscala Mariana Rivadeneira.

“El caso de Rocío me hizo recordar muchas cosas. Investigamos a fondo el de Érika porque sabíamos que las cosas estaban mal y que podrían cambiarse a través de una sanción pena. Lamentablemente, la muerte de esa niña no sirvió de nada”, concluyó Giannoni.

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