15 Junio 2021
Los argentinos magnificaron tanto el furcio del presidente Alberto Fernández que no fueron capaces de mirar hacia adentro, tomaron más, en cómo se sintieron los países aludidos, que la propia historia argentina. Salvo los apasionados culturales sudamericanos pueden poner en debate la procedencia social de México y Brasil porque el resto lo desconoce o le importa poco, lo cierto creo yo, que ni México y Brasil ni nadie, puede desconocer y no sentir respeto por las culturas ancestrales. Es más grave todavía si el Presidente de la Nación cree que nuestra génesis nacional llegó en barco, fueron tantos los inmigrantes que vinieron de muchos países que no sabríamos a quien adjudicarle la cultura paternal. Vale aclarar que el desembarco de los inmigrantes a la República Argentina llegó cuando el hambre y la guerra del mundo mostraron a nuestro país como una tierra habitable y explotable, cuando este país ya daba garantías de porvenir y libertad porque sus habitantes lucharon y ganaron esas propuestas. Ya éramos una nación en fin, hecha a gusto y semejanzas por argentinos que se despojaron de la imposición de una corona. Hoy después de más de 200 años de República, las tiranías son otras y la realidades también pero al fin no dejan de ser cadenas, esas cadenas que supimos romper de cara a la libertad del individuo y que hoy nos ciegan los irresponsables que perseguimos políticamente. Si el hambre, la injusticia, la falta de educación y trabajo, no está en la agenda de nuestros gobernantes, no está en la división de poderes, no está en la sociedad, seguramente perdimos la memoria de donde procede la civilización argentina. No discutan o pretendan entender lo que dice la clase política, discutan y entiendan hacia dónde vamos y hacia donde debemos ir, y así verán que todavía las libertades y los derechos constitucionales nos faltan o tristemente no existen.
Williams Fanlo
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