Una soldado del arte cuyo cuerpo es objeto de trabajo

Una soldado del arte cuyo cuerpo es objeto de trabajo

Marina Abramovic, referente global en la performance, fue reconocida ayer con el Premio Princesa de Asturias en España.

CON Y PARA TODOS. Abramovic triunfó a través de la improvisación y el contacto directo con el espectador.  foto de PACO PAREDES CON Y PARA TODOS. Abramovic triunfó a través de la improvisación y el contacto directo con el espectador. foto de PACO PAREDES

Marina Abramovic puede abordar instalaciones, ópera, video o realidad virtual. Nada le es ajeno en el arte, pero el mundo la conoce por haber traspasado los límites entre el cuerpo y la obra a través de la performance, expresión artística con la cual ha llegado a la cultura popular.

Con una trayectoria de cinco décadas, la artista serbia fue galardonada ayer con el Premio Princesa de Asturias de las Artes en España.

El reconocimiento le llega “por un trabajo que explora los límites del cuerpo y la mente a través de performances arriesgadas y complejas en una constante búsqueda de libertad individual”, según el fallo del jurado.

Nacida en 1946 en Belgrado (entonces Yugoslavia) Abramovic es autora de las series “Lips of Thomas” y “Barroco balcánico”, pero una de sus obras más icónicas es “La artista”, una performance realizada en 2010 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Entonces permaneció sentada, inmóvil, en una silla un total de 714 horas repartidas en tres meses, mientras miraba a los ojos a los visitantes que se sentaban frente a ella.

En los años 70

La artista inició su carrera en los 70 con la serie “Ritmo”, en la que ya mostraba las claves de su trabajo y la utilización de su propio cuerpo como parte de la obra.

Estudió en la Academia de Bellas Artes de Belgrado (entre 1965 y 1970) y completó su formación de posgrado en la Academia de Bellas Artes de Zagreb (Croacia, en 1972). Entre 1973 y 1975 enseñó en la Academia de Bellas Artes de Novi Sad.

Después de mudarse a Ámsterdam en 1976, Abramovic conoció al artista de performance germano-occidental Uwe Laysiepen, quien usaba el nombre de Ulay, con con quien compartió parte de su carrera.

El objetivo de esos 12 años de colaboración con el artista, que falleció el año pasado, consistió en gestar una entidad artística única e individual, capaz de trascender los límites de lo público y lo privado.

El último trabajo que llevaron a cabo juntos se dio en 1988 y consistió en caminar por la Gran Muralla China desde los extremos opuestos para unirse en el centro y desde allí separar sus caminos con una sola palabra: adiós. En 1997 Abramovic presentó la pieza “Balkan baroque” en la Bienal de Venecia, por la que recibió el León de Oro a la mejor artista. Ocho años después ofreció en el Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York) “Seven easy pieces”, donde en siete noches consecutivas recreó los trabajos de artistas pioneros de la performance en los años 60 y 70, además de dos obras propias, “Lips of Thomas” y “Entering the other side”.

La performer suele definirse como una “soldado del arte”, acaso por ese afán de convertir su cuerpo en el objeto de un trabajo que va más allá de la anatomía y tiene como propósito explorar desde ella misma las posibilidades del límite.

“La gente piensa con nostalgia que antes las performances eran más radicales. Te cortabas, te desnudabas, pero ahora son un proceso más mental. Entonces, tu público podían ser 10 personas, así que en verdad casi nadie las vio. Los museos aceptan hoy las performances como el video o la fotografía, pero ha llevado mucho más tiempo ganarse el respeto. Ha habido un cambio radical: cuando empecé me querían encerrar en un manicomio porque creían que estaba loca, y hoy me alaban”, sostuvo la artista en una entrevista en 2015.

EN EL MOMA. “La artista” es quizá su obra más emblemática y emotiva.  EN EL MOMA. “La artista” es quizá su obra más emblemática y emotiva.

En Buenos Aires

Ese año, Abramovic participó de la Bienal de Perfomance que tuvo lugar en Buenos Aires con una puesta que se desarrolló en el Centro de Experimentación de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y de la que participaron más de 2.500 personas, quienes se sometieron a una experiencia energética para liberarse de las contantes distracciones del mundo moderno, sin aparatos tecnológicos y en total silencio.

La idea del denominado Método Abramovic, que la artista viene difundiendo en varias partes del mundo y que han practicado celebrities como la cantante Lady Gaga, es lograr una profunda introspección a través de una serie de ejercicios que apuntan a “limpiar la casa” -es decir, mente y cuerpo-, en palabras de la propia realizadora.

Los Premios Princesa de Asturias se llamaron Príncipe de Asturias desde 1981 hasta 2014. Son galardones entregados por el heredero al trono español destinados a honrar la labor científica, técnica, cultural, social y humana de personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional, aunque con especial atención en el ámbito hispánico

En 2020 el Princesa Asturias de las Artes recayó de forma conjunta en Ennio Morricone y John Williams por sus emblemáticas composiciones que han servido como bandas sonoras a cientos de películas.

Punto de vista
"Un profundo sentido del otro"

Qoqi Méndez - Artista multiexpresiva, performer tucumana.

El galardón a Marina Abramovic es muy importante para el arte en general. Su profundo sentido del otro, del otre y de los otros, y de su mundo interior, es el gran logro en su hacer. La performance es el único arte que expresa el cambio; por ello lo tomo como una reacción inconsciente, del inconsciente colectivo, que pone de manifiesto el cambio cuando en realidad nos está pasando a todos. Desde hace seis años he decidido ser una artista multiexpresiva web. Es un medio que conecta de una manera diferente, donde la accesibilidad del público a la obra es mucho mayor. En cuanto a la performance en Tucumán, está empujando a la plástica, a la danza y al teatro a renovarse, ante las nuevas exigencias para llegar a los otros. En particular es para destacar el trabajo que está haciendo Manojo de Calles en internet: se nota apertura, entrega y adaptación al cambio  para expresarse en las redes sociales. Estimo que la performance va a prevalecer en muy poco tiempo entre todas las artes, incluida la literatura.

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