Daniel Muchnik: “los diarios donde escribían Sarmiento y Alberdi ejercían un periodismo militante”

Daniel Muchnik: “los diarios donde escribían Sarmiento y Alberdi ejercían un periodismo militante”

Murió la semana pasada uno de los grandes periodistas de nuestro país. En esta entrevista, publicada en 2013 en este suplemento, habla sobre el pasado, la evolución y las perspectivas de la profesión.

02 Mayo 2021

- Tiene medio siglo de trayectoria en el periodismo. ¿Qué se mantendrá y qué cambiará en el periodismo del futuro respecto del de sus inicios?

- Tengo fe en el periodismo escrito y en los medios comprometidos con las buenas causas, con buenos propósitos y con un compromiso profundamente humano con el destino del país y el mundo. Cambiarán los diseños, las formas de enfocar las novedades, las tecnologías de emisión. Pero el diario en papel no desaparecerá. Nada puede reemplazar a la relación íntima que se gesta con la lectura y el papel en la mano. El gran desafío del periodismo es atraer nuevos públicos como el juvenil, que se vuelca a la consulta generalmente superficial de la realidad a través de Internet. Los diarios tendrán que mantener plataformas digitales y exigir que sean cada día de mayor calidad (cuidando el contenido más que la estética, cosa que por el momento no se advierte). Por supuesto que la revolución tecnológica ha pegado fuertemente en todo el proceso del periodismo clásico. Con una novedad interesante, como la que plantea un columnista de El País: los contenidos de Internet no pueden seguir ofreciéndose gratis. Algunos especialistas consideran que el periodismo que hasta ahora existió se extingue. Que cualquiera puede informar, que cada uno es dueño de la información y que la puede expandir a través de Internet. Pero esos “cualquiera” no tienen metodología; nadie les enseñó que se debe rechequear la información. Por eso en el ciberespacio hay mucha información tergiversada y poco creíble.

- ¿Es viable hoy una revista como Primera Plana?

- Sí, hay un público lector en la Argentina ávido de nuevos contenidos, de análisis sofisticados, de novedades de todo tipo. ¿Podría ser rentable? Con buen respaldo de promoción, lanzada por una editorial que tenga espaldas económicas que pueda esperar hasta que se consolide, no veo dificultades. El gran tema es, en esta nuevas publicaciones, la relación costos internos-ingresos. Investigar cuesta mucho dinero, poner en marcha un semanario también. En los 60, Primera Plana pudo aparecer porque hubo financistas que la sostuvieron y que también tenían propósitos políticos. Se me podrá contradecir, se podrá decir que el hombre de estos días está bombardeado informativamente y hasta cansado de ello. Lo informan a través de los diarios, de las radios, de la televisión, del celular. ¿Para qué puede necesitar un semanario? Lo bueno, sin embargo, es la posibilidad de encontrar calidad informativa, y eso puede aportar una revista magníficamente escrita. Es cierto que estos semanarios ya no tienen suerte en Estados Unidos donde se están apagando. Pero en la Argentina vivimos tiempos, presiones y realidades muy distintas. El diario Perfil ha demostrado que saliendo dos días por semana ha conseguido seguidores y columnistas de muy distinto origen ideológico conformando un medio pluralista que llega a la opinión pública. La cuestión es decidirse pero con respaldo económico.

- ¿Qué opina del periodismo militante?

- El periodismo argentino tuvo difusión en la segunda mitad del siglo XIX como periodismo militante. Los diarios donde escribían Sarmiento y Alberdi ejercían un periodismo militante. Otros eran pasquines políticos. En general, cada diario defendía determinados ideales políticos. Con el siglo XX ese núcleo militante se transformó en un escenario profesional, de trabajo y aportes rigurosos. Con el gobierno kirchnerista se ha sacado la carta de este “periodismo militante” cuya única bandera, de manera cerril, es el respaldo sacrosanto al gobierno, con lo cual genera sospechas e interrogantes. Los medios militantes no son creíbles pero además han producido un gran daño al oficio. Va a desaparecer cuando finalice la dádiva económica significativa que reciben. Quedará entonces la “prensa militante genuina”, la que se limita a difundir los ideales de los partidos políticos, que son procesos limitados y enajenados en la defensa de sus ideales.

PERFIL

Daniel Muchnik nació en Diamante, Entre Ríos, en 1939. Murió en Buenos Aires, la semana pasada. Fue periodista, escritor, historiador, docente universitario, analista económico y político. Se inició en La Razón y luego trabajó en Panorama. Fue secretario de redacción de La Opinión, Convicción y El Economista, jefe de la sección económica de la agencia Télam y columnista de El Cronista, La Nación y Perfil. Dirigió la sección Economía de Clarín entre 1976 y 1992. En los últimos años era columnista permanente de Infobae y colaboraba en LA GACETA Literaria. Sus últimos artículos, en estas páginas, estuvieron dedicados al impresionismo, la gripe española, el caso Dreyfus, Beethoven, la historia de los Mercader y los límites del arte. Publicó 24 libros, algunos de los cuales lo convirtieron en el gran retratista de las crisis económicas argentinas (El tobogán económico, Economía y vida cotidiana, Final de fiesta y La patria financiera). Se suman a la lista otros libros que abordan lo que pudo ser Argentina, la inmigración, la guerra civil española y el antisemitismo (Tres países, tres destinos; Gallo Negro, Gallo Rojo; El rechazo mundial a los judíos e Inmigrantes). Recibió el Premio Adepa al periodismo en 1997, el Premio Konex a la Comunicación en 1987 y el Konex de Platino, como uno de los dos mayores periodistas económicos de la década, en 2007. Fue profesor en las universidades de Buenos Aires, Palermo y Belgrano. Trabajó como editor en Ariel, Sudamericana, Edhasa, Norma y El Ateneo. Era miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo.

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