Sara Gallardo: el resurgimiento de una escritora irrepetible

Sara Gallardo: el resurgimiento de una escritora irrepetible

Olvidada y postergada por la crítica, hoy se recupera una voz que evoca el paisaje y sugiere los vacíos del hombre con profundo lirismo.

SIN IMPOSTACIONES. La crítica académica, mediante el trabajo de escritores como Leopoldo Brizuela y Samantha Schweblin, reivindicaron su obra de Gallardo, alejada de modas literarias. SIN IMPOSTACIONES. La crítica académica, mediante el trabajo de escritores como Leopoldo Brizuela y Samantha Schweblin, reivindicaron su obra de Gallardo, alejada de modas literarias.
02 Mayo 2021

En el año 2020 fue reeditada La rosa en el viento (1979- primera edición), de una de las escritoras “más irrepetibles de la literatura de nuestro país” dijo el escritor Leopoldo Brizuela al referirse a Sara Gallardo (1931-1988) cuando se publicó la segunda edición de El país del humo (1977), por entonces, ya había prologado Narrativa breve completa (2004) de la autora y nos vinculaba, acertadamente, con un “hito”, con una de las narradoras “peor apreciadas de su tiempo”, merecedora de estas revalorizaciones, a las que, nos convocan las imprescindibles prácticas lectoras de Brizuela; también manifestaron su reconocimiento por la obra de Gallardo, escritores como Griselda Gambaro y Ricardo Piglia.

Una escritora ignorada en su época, olvidada, postergada por la crítica, inclusive después de su muerte, tal vez, porque el poder en los circuitos de la cultura, obedecían a mandatos del patriarcado, hasta que, la crítica académica, mediante el trabajo de escritores como Leopoldo Brizuela y Samantha Schweblin, entre otros, reivindicaron su obra, alejada de modas literarias, de impostaciones, con una rigurosa labor escrituraria, tal cual se evidencia en todas sus producciones fragmentadas, sugestivas, narraciones ”en grageas”, de índole extraño como sucede en La rosa en el viento, cautivante en sus deslices reflexivos, compleja en la trama de voces y miradas, en las historias de vida y en los viajes de ciertos personajes hacia la Patagonia en busca de oro.

En novelas como Enero (1958) proyecta una visión nada idílica del espacio rural que se publica posteriormente a la escritura de El bosque tumbado (1951 -1981), de la santiagueña Clementina Rosa Quenel, narradora olvidada, recuperada mediante el trabajo de reedición de su obra por Eduvim, de Villa María, Córdoba. Eisejuaz (1971- 2001), nos convoca a la lectura de una novela heterodoxa, que atrapa ante el desmesurado monólogo de un indio mataco, un ser psicótico en busca de una espiritualidad tan desconcertante como él mismo. Con lenguaje norteño, de Salta, la escritura, por momentos, parece acercarse a Rulfo, aunque no tanto, porque en la autora radica una plena invención que supera toda estética del indigenismo, puesto que trata de refractar la otredad vista y percibida en el “salvaje”, traspasando paradigmas latinoamericanos, como resultado de su propia imaginación.

Recuerdo el impacto que me provocó la lectura de sus novelas: Pantalones azules (1963) -premio municipal de novela en 1969- y, más aún, el efectivo cuadro social que compone el clima de Los galgos, los galgos (1968), combinando con perspicacia un retrato de la oligarquía de la tierra con lirismo y pasajes de humor para narrar la vida de Julián, un sujeto indolente, junto a sus perros -Corsario, un galgo gris y la dorada Chispa- mientras el personaje se esfuerza para llegar a ser un hacendado moderno, pero queda atrapado en los mandatos familiares, arrastrando el peso de esas convenciones sociales que lo hacen un ser entristecido, melancólico, frustrado. Es, además, una historia impregnada de amor que logra, para quienes la leyeron, el imborrable recuerdo de sus páginas.

Actualmente se ha organizado la convocatoria al “Primer Premio Nacional de Novela Sara Gallardo”, en su homenaje, dirigido a escritoras mujeres, lo cual significa una grata noticia para los que hemos gozado de historias de vida tan caudalosas como apasionadas y singulares. Una escritura que responde a los reclamos del cuerpo.

PERFIL

Sara Gallardo nació y murió en Buenos Aires (1931-1988). Era tataranieta de Bartolomé Mitre, bisnieta de Miguel Cané y nieta de Ángel Gallardo. En 1958 publicó Enero, novela que toca el tema del aborto y que fue rescatada en estos años en la Argentina a partir de la instalación del debate sobre la interrupción del embarazo. Con Los galgos, los galgos ganó el Primer Premio Municipal en1968. Pantalones azules y Eisejuaz son otros de sus libros celebrados. Escribió para La Nación, Primera Plana y Confirmado. En la última década se reeditaron algunos de sus títulos y su obra goza de una revalorización de la crítica.

© LA GACETA

Liliana Massara - Profesora de

Literatura Argentina de la UNT.

Comentarios