Nuevo proyecto de ley de biocombustibles, con apoyo opositor

Nuevo proyecto de ley de biocombustibles, con apoyo opositor

La iniciativa, que debería empezar a discutirse en las próximas semanas, determina un corte obligatorio del 6% para el bioetanol.

EXPECTATIVAS. En la industria sucroalcoholera esperan definiciones urgentes sobre este tema. EXPECTATIVAS. En la industria sucroalcoholera esperan definiciones urgentes sobre este tema.

Con la firma de legisladores de Juntos por el Cambio, el oficialismo impulsó formalmente una nueva ley para establecer un marco regulatorio sobre los biocombustibles y así reemplazar la actual ley de promoción, que vence el próximo 12 de mayo. De acuerdo a lo expresado en el texto, la iniciativa duraría hasta el 31 de diciembre de 2030, y entraría en vigencia tras la caducidad de la Ley 26.093.

Los plazos son escasos y entendiendo el tiempo que demandaría su tratamiento, en los pasillos del Congreso no se descarta que el presidente, Alberto Fernández, decida prorrogar la ley actual hasta que se trate el nuevo proyecto.

En la actualidad existen unas 54 plantas productoras de biocombustibles distribuidas en 10 provincias. En los últimos 15 años, sólo el bioetanol ha sustituido importaciones de naftas por 520 millones de dólares, el biodiesel ha exportado por un valor de 900 millones de dólares y se calcula que entre 2010 y 2020 los biocombustibles en general sustituyeron importaciones por $27 mil millones de dólares. En materia de empleo, las plantas productoras de biocombustible en las provincias productoras representan unos 65.000 puestos de trabajo.

El proyecto que lleva las firmas de los tucumanos Pablo Yedlin, Nilda Carrizo, Mario Leito, Carlos Cisneros y Domingo Amaya determina que la Secretaría de Energía, coordinada actualmente en por el neuquino Darío Martínez, será la autoridad de aplicación.

En lo que respecta a la “mezcla obligatoria de biocombustibles con combustibles fósiles”, el texto establece que todo combustible líquido clasificado como gasoil o diesel oil deberá contener un porcentaje mínimo obligatorio de biodiesel de 5%, en volumen, medido sobre la cantidad total del producto final. Sobre este punto, la Secretaría de Energía estará facultada para elevar el referido porcentaje mínimo obligatorio cuando lo considere conveniente en función del abastecimiento de la demanda, la balanza comercial, la promoción de inversiones en economías regionales o razones ambientales. Pero, también podría reducirlo hasta un 3%, en volumen, “cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del biodiesel pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor”.

En cuanto al combustible líquido clasificado como nafta deberá contener un porcentaje mínimo obligatorio de bioetanol de 12%, en volumen, medido sobre la cantidad total del producto final.

¿Buena noticia?

Si bien en la iniciativa se determina un corte obligatorio del 6% para el bioetanol elaborado con caña de azúcar, también se fija que la Secretaría de Energía “podrá reducir transitoriamente” ese porcentaje cuando lo considere conveniente.

El porcentaje restante del cupo de bioetanol no sufriría cambios en relación a la ley actual y quedaría en manos de las empresas que fabrican el biocombustible en base a maíz. Aquí se indica que el corte podrá reducirse hasta un 3% “cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del bioetanol a base de maíz pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor”.

El artículo 12 del proyecto detalla además que las empresas mezcladoras podrán comprar libremente bioetanol a base de caña de azúcar y superar el porcentaje de corte establecido “en función de las particularidades técnicas de sus respectivas plantas y procesos, de la optimización de costos que se reflejen en el precio final, del costo de los sustitutos, y del ahorro de divisas, hasta el límite que impongan las normas técnicas en vigencia sobre la calidad y composición fisicoquímico del producto final”.

En diálogo con LA GACETA, Domingo Amaya, uno de los dirigentes de Juntos por el Cambio, que firmó el proyecto había adelantado ayer que la situación de promoción de la producción de bioetanol de caña de azúcar se mantendría” y no habría perjuicios para la provincia. “Sostengo que la industria sucroalcoholera no puede estar al mismo nivel que el maíz o la soja por muchos factores, pero fundamentalmente porque la economía de la provincia se basa en la producción azucarera”, manifestó el legislador nacional.

Determinación del precio

La adquisición de las cantidades de biodiesel y bioetanol para cumplir con la mezcla mínima obligatoria, deberá ser llevada a cabo por las empresas encargadas de las mezclas a los precios que establezca la autoridad de aplicación de acuerdo a las metodologías de cálculo que ésta determine para cada uno de los productos.

El texto añade que los métodos de cálculo de los precios que implemente la Secretaría de Energía “deberán garantizar una rentabilidad determinada por la misma, considerando los costos de los principales componentes de su elaboración y el precio para producto puesto en su planta de producción”.

Así, las petroleras “podrán adquirir libremente biocombustibles para obtener mezclas superiores pactando en tal caso el precio y el aprovisionamiento”.

Punto por punto

- La nueva ley tendría vigencia hasta 2030

- Cinco diputados por Tucumán lo firmaron

- Las naftas deberán contener un 12% de bioetanol

- Determina un corte del 6% para el bioetanol generado con caña de azúcar

- La Secretaria de Energía podría reducir ese porcentaje

- Las mezcladoras podrán comprar libremente bioetanol

- El precio deberá garantizar la rentabilidad a partir del costos de los principales componentes

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