Por Bruno Farano
03 Abril 2021
RUTINA SEMANAL. Tal como lo exige el protocolo sanitario, en San Martín se realizan hisopados a todo el plantel, todas las semanas, 72 horas antes de cada juego. FOTOS DE ALEJANDRO CRUZ - PRENSA CASM
Lo que sucedió durante la última semana en la Primera Nacional demuestra que la estructura del fútbol argentino, en plena pandemia, está atada con alambre. Luego del duelo entre San Martín y Mitre de Santiago del Estero, el resultado fue casi catastrófico: nueve casos positivos en el “Aurinegro”; ocho en el “Santo”. Si esto hubiese ocurrido en Boca o en River, estaríamos hablando de un escándalo nacional. Pero fue en el ascenso y parece que allí las salud de las personas no importan tanto.
El pasado miércoles 24 Fernando Pellegrino, arquero de Mitre, dio positivo por covid-19. Él se quedó al margen del duelo del último domingo en La Ciudadela, pero su equipo utilizó a un contacto estrecho: Yair Bonnín, golero suplente.
Pese a lo mucho que se intente explicar, en el fútbol (mucho menos en el argentino) la burbuja real no existe. Las delegaciones comparten viajes con otras personas en aviones de línea y se alojan en hoteles abiertos al público. Además, como si eso fuese poco, los testeos no se realizan de manera conveniente.
En un primer momento, cuando el Gobierno Nacional y la AFA evaluaban el regreso de la actividad tras el parate, la condición era que los clubes realizaran PCR todas las semanas. Pero ¿quién iba a hacerse cargo de su elevado costo?
Por ese motivo es que decidieron realizar testeos rápidos 72 horas antes de cada fecha y que esos costos debían ser afrontados por cada institución. Pasó el tiempo y todos parecen mirar hacia otro lado. “Tengo contacto con gente de otros clubes y me contaron que no se hacen los testeos”, denunció hace algunas horas Favio Orsi. “Hay clubes acá en Buenos Aires que no tienen espalda para hisopar todas las semanas. Algunos lo hacen cada tanto, o cuando aparece algún síntoma en un jugador”, le contó a LG Deportiva, una fuente que tiene vínculo con varias instituciones del ascenso.
Hace algunos días, la dirigencia “santa” envió una nota a la AFA reclamando que el Tribunal de Disciplina actúe de acuerdo a lo establecido por el protocolo de la entidad. Pero la respuesta nunca llegó.
San Martín viajó a Buenos Aires para visitar a Atlanta sin seis futbolistas, sin un DT y sin el entrenador de arqueros; todos positivos durante los testeos del jueves. Pero incluyendo futbolistas que fueron contacto estrecho de los que esta vez se quedaron al margen infectados.
Si la AFA controlara que todos los clubes hicieran los testeos correspondientes y, una vez que saltara algún caso, se suspenderían las fechas de ese equipo hasta tanto todos sus jugadores estén en condiciones de jugar; así, todo sería más sencillo. Pero no, nadie hace lo que se debe, y los que hoy parecen casos aislados, en algunas semanas podrían transformarse en una bola de nieve imposible de frenar. Sí, la vida misma trasladada al fútbol.
“Guillermo Raed, presidente de Mitre, se siente Impune. Por eso no justifica el reclamo de San Martín por los casos de covid-19 en su plantel y hace tiempo le pareció natural que AFA nos sacara los 44 puntos de nuestra campaña”, sentenció el expresidente “santo” Roberto Sagra. “Asegura que esta gestión es muy buena cuando en ‘off’ dijo que esta AFA es corrupta”, agregó.
Al poco tiempo que la pelota volvió a rodar, desde la casa madre dejaron de enviar los testeos a los clubes. Según trascendió, hay algunas instituciones que dejaron de hisopar a sus futbolistas hace ya bastante tiempo.
“Sale caro”, aseguran los que por motus proprio decidieron cortar en seco uno de los puntos del protocolo. Se utilizan criterios diferentes y se juega con fuego, claro.
Nadie toma cartas en el asunto y da la impresión de que el show debe continuar, a cualquier precio. Porque lo único que importa es que la pelota ruede, más allá de que lo que pueda llegar a pasar.
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