Un premio con gusto a poco para San Martín

Un premio con gusto a poco para San Martín

Salvó la ropa gracias a un gol en contra en tiempo de descuento. Pero el nivel de juego tuvo una involución respecto a la primera fecha.

Un toque de fortuna evitó una injusticia futbolera en Caseros. Es cierto: San Martín no merecía volverse a Tucumán con las manos vacías, pero si a punto estuvo de hacerlo se debió más a falencias propias que a méritos de Estudiantes.

Más allá del agónico desahogo, de esa rara carambola con participación de Lucas González que derivó en gol en contra de Pedro Ramírez en tiempo de descuento, lo que más preocupa del 1-1 es que el “Santo” exhibió una cierta involución en su juego en relación al debut en La Ciudadela contra Alvarado.

Aquel domingo, las chances netas de gol se fueron sumando como cuentas del Rosario y la gran actuación del arquero Pedro Fernández lo condenó a un resultado mentiroso. En cambio, en el oeste del Gran Buenos Aires, el equipo de Favio Orsi y Sergio Gómez, tuvo un comienzo auspicioso que se prolongó por algo más de media hora, seguido de una caída abrupta de rendimiento tras el gol de Tomás Bolzicco.

Pero el dominio inicial de San Martín apenas si se tradujo en aproximaciones al arco de Ezequiel Centurión, excepción hecha del remate de “Tino” Costa al que el exarquero de River le puso el brazo para desviarlo en dirección al travesaño. Hasta el tanto del “Pincha” había sido un partido sin arcos, y la visita, un equipo sin delanteros: ni Marcelo Estigarribia ni Daniel González visitaban el área.

Con mal de goles, así anda el “Santo”. Si hubiera un campeonato de córners, ayer sin duda habría recibido varios puntos bonus: 17 tiros de esquina a favor, que apenas si derivaron en un par de cabezazos que se fueron cerca (y ya en el complemento, con la “Torre” Lucas González en cancha).

En el Estadio Ciudad de Caseros, la anemia ofensiva tuvo su origen en las pocas vitaminas futbolísticas aportadas por los volantes creativos, intermitentes ellos. Sólo la pegada de “Tino” en pelotas paradas y los saques largos de Ignacio Arce aportaron energía a un San Martín sin cambio de ritmo ni sorpresa a partir de tres cuartos.

Y para peor, cuando Estudiantes se lo propuso lastimó con esa picadita de Bolzicco sobre el cuerpo del “bombero” Arce. El nueve local había sido habilitado desde el círculo central por el mejor de los tres González que hubo en cancha, Sebastián. Y los centrales de San Martín, bien gracias.

El panorama pasó de castaño a oscuro cuando de regreso del intervalo se percibió que el conjunto de la dupla no ofrecía respuestas a la contingencia de ir un gol abajo. Por el contrario, el “Pincha”, que venía de tres derrotas consecutivas, estuvo varias veces en condiciones de abrochar la victoria.

Por eso la dupla movió el tablero de una. O de a tres, mejor dicho. Entraron el insidioso González, el prometedor Emanuel Cuevas y el movedizo Leandro Vella.

A partir de ahí, y llevado por el apuro, el “Santo” mejoró un poco la cara. Pero a no engañarse, o en todo caso a no quejarse: ligó al final, cuando la tarde y su juego languidecían tan grises como el cielo.

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