Tras la primera batalla, en el PJ y en la oposición se avecinan reacomodamientos y castigos

El vicegobernador Jaldo le sacó ventaja al gobernador Manzur en la disputa hacia 2023.

Tras la primera batalla, en el PJ y en la oposición se avecinan reacomodamientos y castigos PRENSA LEGISLATURA

El primer derrotado en la larga disputa por 2023 en el peronismo fue el gobernador, Juan Manzur. Esta mañana, a partir de las alianzas con un sector del bussismo y del radicalismo, el vicegobernador Osvaldo Jaldo se impuso en la Legislatura y logró sentar a Eduardo "Lalo" Cobos como defensor del Pueblo.

La victoria, ajustada, pendió de un hilo hasta el momento mismo de la elección. El jaldismo reunió 23 adhesiones propias del oficialismo y acordó el apoyo de los bussistas Paulo Ternavasio y Juan Rojas; y de los radicales José Ascárate y José Canelada, para así llegar a los 27 votos.

Los manzuristas, que pregonaban la abstención, se quedaron con 11 votos: todos del peronismo que responde a la Casa de Gobierno. No estuvieron en el recinto los tres alfaristas ni seis legisladores de Fuerza Republicana.

La primera consecuencia la sufrirá Manzur, que siguió el desenlace desde Buenos Aires. Si es que en su fuero más íntimo aún aspiraba contar con chances de reformar la Constitución para habilitar más reelecciones, hoy quedó demostrado que esa tarea le resultará casi imposible dentro del recinto.

El jaldismo, fortalecido después de esta primera victoria, comenzará la etapa de siembra para la campaña de 2023. Apoyado en viejos terratenientes del PJ y ex manzuristas, como Roque Álvarez y Juan Antonio Ruiz Olivares, corre con un plus de ventaja para afincarse como conductor del peronismo. Lo del taficeño incluso debe ser más doloroso para la Casa de Gobierno: anoche habló en más de una ocasión con Manzur por teléfono.

También habrá reacomodamientos en las estructuras de gestión, intendentes que deberán remar más de la cuenta para conseguir obras y recursos, y allegados a legisladores que votaron por Cobos que se verían obligados a buscar otros destinos. Es que el peronismo se caracteriza por devolver gentilezas, y todo indica que esta no vez no habrá excepciones. Al menos así lo advirtieron antes en 25 de Mayo y San Martín.

En la oposición, las repercusiones se verán en el mediano plazo: el intendente Germán Alfaro apostó a la gobernabilidad de su municipio y se puso del lado de Manzur en esta contienda interna. Ya hace un par de semanas, vía uno de sus principales colaboradores y ex legislador, el jefe municipal había recibido un mensaje de Jaldo. "decile al 'Pícaro' que me deje de correr el arco; me estoy acalambrando de tanto trotar", dicen que, aunque con algunas variantes, rezaba ese mensaje de WhatsApp.

El voto de Ascárate y de Canelada también tendrá consecuencias en el radicalismo, un partido acostumbrado a enfrascarse en peleas larguísimas por cuestiones menores, y que aún transita una interna cruzada por intromisiones del peronismo.

Los más debilitados en el manzurismo tras esta derrota son sus operadores, que hasta anoche le garantizaban a Manzur que tenían los números para frenar la intentona jaldista. Seguramente esos roles también entrarán en la "carpeta" de revisiones del mandatario, si es que pretende mantenerse en el eje de decisiones para reacomodar el poder en 2023.

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