El sector citrícola tiene varios problemas por resolver

El sector citrícola tiene varios problemas por resolver

Ya estamos a comienzo de un nuevo inicio en la campaña citrícola tucumana y son muchos los frentes en los que productores, gobiernos provinciales, Senasa e instituciones de investigación deben trabajar y aunar esfuerzos para que la campaña que está por iniciar cumpla con lo que el sector necesita.

El cierre de las exportaciones de cítricos por parte de la Unión Europea, debido a las detecciones de mancha negra en fruta fresca, es un tema candente en el cual el Senasa, la Eeaoc y los productores se encuentran trabajando. Es imprescindible cumplir con el protocolo fitosanitario actual para que la visita de la auditoría europea sea exitosa, permitiendo así la reapertura del mercado.

Los efectos de las sequías, acompañadas por altas temperaturas durante el cuaje de frutos y por la presencia de algunas heladas, seguramente afectarán los rendimientos a lograrse por unidad de superficie, esperando que no sean tan perjudiciales que pudieran afectar de manera profunda la producción y sobre todo que no afecte los costos de cosecha y procesamiento de frutas.

Los efectos climáticos, cuando ocurren, provocan en el sector citrícola grandes inconvenientes productivos, comerciales y sociales, ya que muchos productores no pueden afrontar como se debe una nueva campaña y sus arcas se ven seriamente afectadas por la falta de producción.

Otros no pueden afrontar los compromisos asumidos con diferentes clientes, tanto de fruta fresca como de productos industrializados, porque la cantidad de fruta no fue la suficiente para cubrir esas expectativas y por otro lado generaron serios problemas sociales debido a que la falta de fruta hace que los cosecheros no puedan lograr trabajar adecuadamente.

Seguro que parte del daño ya existe y solo se espera que de ahora en más el clima se comporte de manera óptima para que la terminación de la fruta que actualmente está en las plantas finalice de la mejor manera posible, tanto en cantidad, tamaño y calidad fitosanitaria.

Por otro lado, está presente en la provincia un flagelo que todavía nadie sabe cómo afrontar, como es el robo de limones frescos, que luego son comercializados de manera clandestina en las calles de las diferentes ciudades tucumanas.

Seguramente que este tema trae muchos dolores de cabeza a los productores por los efectos que provocan en su producción y por los problemas de inseguridad que ya trae sobre sus espaldas el sector productivo con diversos hechos delictivos que se dan sobre bienes producidos, bienes de capital y trabajo y, en algunos casos, sobre sus vidas mismas.

El robo de fruta fresca es un tema que debe ser tratado de manera urgente por las autoridades y el sector y buscar, en definitiva, alguna solución que permita que este hecho empiece por lo menos a disminuir y en definitiva a desaparecer.

En el trabajo que realiza el Senasa mediante diferentes operativos móviles, aparte de los controles que se realizan en los puestos fijos de las barreras fitosanitarias existentes, en procura de evitar el ingreso de fruta y/o material vegetal que no cumpla con los requisitos fitosanitarios, a través de la interdicción y secuestro de fruta que no cumple con lo reglamentado por las autoridades sanitarias ayuda en algo sobre este aspecto, ya que algunos de los procedimientos permitieron detectar robos de limones en fincas que son destinados al mercado interno.

El robo hormiga en bolsas que se da en diversas plantaciones, especialmente durante la noche, o los realizados en los camiones que transportan fruta y que se detienen a la vera del camino o en semáforos es algo que debe ser frenado.

Esto es real y sucede, acentuándose campaña tras campaña, por lo que requiere de un trabajo en conjunto con las autoridades y el sector para encontrar una solución a este flagelo.

Lo cierto que estos son algunos problemas que se deben seguir trabajando, buscando soluciones, aunque el enemigo real sigue siendo el HLB -acecha ya al país- y en esto se debe ser más efectivo en todo lo que se haga para prevenir y evitar el ingreso de material vegetal que pueda llegar a tener el inoculo a la región NOA.

La importancia económica que tiene la citricultura no puede permitir que la falta de mayores recursos impida un control extremadamente estricto como lo requiere esta enfermedad, pero la incorporación de conciencia a toda la población es otra herramienta indispensable en una lucha sin cuartel para evitar el ingreso del HLB en nuestra zona productora.

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