Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

Falta de trabajo, presiones policiales y mal tiempo. Ninguno fue motivo para abandonar el proyecto de seguir "haciendo dedo".

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

La crisis del coronavirus trajo aparejados un sinfín de cambios para el mundo. Si se presta atención en cómo impactó en la industria del turismo, rápidamente se puede advertir que fue uno de los rubros mas golpeados.

Los rasgos y severidad que caracterizan al virus exigieron repensar, entre otras cosas, la forma en la que nos desplazamos. El aislamiento, los cierres de frontera y los distintos protocolos que limitan los movimientos de las personas afectaron duramente a los flujos turísticos y modificó radicalmente la vida de millones de personas que viven de esta actividad.

Ese es el caso de muchos viajeros que han convertido el rito de preparar la mochila y elegir una ruta en un arte. Algo que libera, que deja extasiados a quienes lo eligen y que el cuerpo pide y sufre cuando no está. Todo eso es mochilear.

Pero… ¿Cómo se vivió esa actividad tan placentera en tiempos de pandemia? La experiencia tuvo altibajos y momentos difíciles, pero inolvidables.

Josefina Plaza es una artista callejera que viaja desde 2018.  “En el momento que decretaron la pandemia yo estaba en la selva de Ecuador y, sin saber nada, me moví a la sierra con mi gata y mi novio. Al principio había muy poca gente en la calle y la mayoría de los locales estaban cerrados. Nosotros nos establecimos en un semáforo, pero rápidamente un policía nos dijo que debíamos retirarnos, así que nos fuimos al río y ahí vivimos por un mes. La primera parte del viaje fue muy dura, mi novio atravesaba un posoperatorio y las lluvias nos complicaban, pero teníamos el puente en donde nos metíamos hasta que paraba”.

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

 “Con el tiempo, los vecinos nos fueron conociendo y nos empezaron a ayudar con comida, nos guardaban las mochilas y la carpa así nosotros busquemos comida y provisiones para la hora del toque de queda. A la mañana, la gente que pasaba haciendo deporte nos llevaba el desayuno, también nos prestaron un plásticos para tapar la carpa y no mojarnos”, agregó.

Muchos jóvenes coinciden en que a pesar de que las medidas de aislamiento afectaron la logística de sus viajes y les impidieron seguir trabajando en la calle, el cariño y solidaridad de la gente los ayudó a continuar en las rutas.

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

“En muchos lugares encontras esas personas hermosas, que te hacen sentir en casa y te abrazan como si te conocieran desde siempre. Gente que te ofrece su casa sin miedo, los compañeros de ruta (otros mochileros), algunos terminan siendo hermanos aunque capaz no los ves más. Creo que eso es algo que supera todo los contras del viaje, son experiencias que te van a acompañar siempre”, concluyó.

Viajar es sinónimo de libertad

“Para mi viajar significa vivir, es sentirte libre. Creo que el mundo es inmenso y eso me hace sentir una emoción re loca cuando viajo, siento que se expande todo mi ser. Puedo conocer lugares, formas de vida, otras sociedades y darme cuenta lo privilegiada que soy por venir de un país con otros ideales y otras oportunidades, muchas veces nos quejamos por nimiedades y no nos damos una idea lo que viven otras personas. Es increíble”, describió Giuliana Perlo, una joven que partió de Tucumán en febrero 2020 usando una app que ofrece compartir gastos de viaje.

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

“En mi caso decidí irme a Uruguay, pero como constantemente me movía, no estaba muy pendiente de las noticias del virus y el aislamiento nos tomó por sorpresa. Por suerte, para ese tiempo ya estaba en una zona más alejada de la ciudad y el ambiente era mas tranquilo. Pasaron los días y me vine a Montevideo, todo estaba bastante normal, de hecho, recién a partir de mayo se declaró obligatorio el barbijo y, ahora, solo se pide eso y que evitemos las aglomeraciones. Lo que sí se restringió mucho es el trabajo callejero, por eso con otros compañeros estamos pidiendo que nos den una solución para poder trabajar”, contó.

Sin embargo, al recibir noticias de cómo avanzaba la covid en Tucumán tuvo que tomar una decisión. “Mi familia me dijo que todo estaba mucho más estricto allá, entonces sabía que si volvía iba a tener que estar encerrada, por eso elegí un lugar en el que pueda seguir viajando. No le vi mucho sentido volver a Argentina sabiendo lo que estaba pasando”.

Asimismo, la viajera sostiene que el tiempo en pandemia le sirvió para conectarse consigo misma y con otras formas de vida. “Con todo lo que pasó me di cuenta cuan importante es que cada uno se auto sustente, tener la posibilidad de que cada uno produzca sus propios alimentos sin tener que depender de compañías. Me sentí re privilegiada”, admitió.

Trabajar en la calle, todo un desafío

Nicolás Robles es un mochilero oriundo de Yerba Buena que transitó las rutas colombianas en épocas de covid. “La pandemia nos hizo cambiar todas las metas y expectativas, fue como un stop en la vida de todos los viajeros. El principal obstáculo que encontré fue la Policía con su abuso y represión, ellos no comprendían que yo si no salgo a la calle no tengo como subsistir. Así se aprovecharon de nuestra situación de todas las formas posibles: nos amenazaron, golpearon y, muchas veces, me detuvieron en la comisaría sin fundamentos”, explicó.

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

A pesar de los obstáculos, Robles señala que abandonar el viaje no era opción. “En mi caso fue difícil, sí, pero como en la ruta uno nunca está solo, recibí mucha ayuda de otros mochileros. Nos unimos entre todos para salir adelante, somos una familia. Mi viaje siempre va a continuar porque la ruta es mi vida, no tengo ganas de volver ni mucho menos. Yo soy feliz viviendo el cambio constantemente. Fue una experiencia positiva para mí y creo que las épocas difíciles lo fortalecen a uno”.

Volver a casa, la última opción y el momento más difícil

A Francisco Salazar, un joven de la ciudad de Alderetes, la pandemia lo encontró trabajando en Máncora, al norte de Perú.

 “El 15 de marzo, el presidente de Perú decretó el estado de sitio y se cerraron las fronteras. Había toque de queda y solo se podía salir desde las 4 de la mañana hasta a la 1 de la tarde. Lo primero que pensé cuando vi ese panorama fue: ‘esto va a pasar en unos meses’, pero no, pasó el tiempo y todo siguió igual”, relató.

Para Salazar, lo que signó el momento fue la incertidumbre, el temor por no entender la situación y la agitación en la gente. “Yo estaba a una hora de la frontera con Ecuador y llegó un punto en el que me vi atrapado, no podía salir, viajar, hacer nada. Las rutas estaban cerradas, la Policía no te dejaba pasar, el Ejército estaba en la calle, etc. Había muchísimo miedo, tanto en las redes sociales como en la tele y, obvio, en la gente misma. Mi familia tenía miedo por nosotros, yo tuve mucho miedo por mi hermana, que también estaba viajando, la diferencia es que yo trabajaba en un camping y ella se movia más en la calle, por eso me preocupaba”.

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

Las medidas de aislamiento y el confinamiento obligaron a muchos artistas callejeros a trasladarse a otros rubros para poder subsistir. “La verdad es que ya no tenía como bancarme, mi familia ya me había ayudado también, pero en Perú la plata no te rinde mucho. Ahí fue cuando decidimos salir a pedrile a los vecinos casa por casa, fuimos a hacer changas en los mercados para que nos regalen comida, vegetales, lo básico para vivir. Pero trabajar igual era complicado, solo nos dejaban salir a la mañana y después de esa hora se cortaba todo, aquí fueron muy duros en ese sentido”.

No poder salir a trabajar fue el factor clave para replantear el viaje. “Me sentía muy atrapado, ahí fue me enteré que estaban haciendo vuelos humanitarios para Argentina, asi que decidí postularme en la embajada para volver. El vuelo llegó recién en junio, había gente de todo el mundo: chilenos, colombianos, francesas y argentinos, yo fui el único tucumano”.

Mochileros en la ruta: ¿cómo fue viajar en pandemia?

Moverse de un lugar a otro de imprevisto, resolver como mantenerse, acampar en la intemperie. Nada se compara con la difícil situación de ponerle fin al viaje y tener que regresar, después de mucho tiempo, a casa. “Cuando me repatriaron, llegué a un Tucumán completamente desconocido para mi, yo vivo en un barrio muy humilde y antes era todo mucho mas tranquilo, ahora hay asentamientos y se ve mucha influencia de drogas pesadas. Fue muy fuerte ver todo eso, no estaba acostumbrado y me tocó volver a adaptarme, tuve que salir de nuevo a los semáforos. Fue muy duro”.

"Tanto para mí, como para muchos viajeros las medidas que se tomaron por la pandemia nos arruinaron la vida, tuvimos que volver a adaptarnos a este estilo de vida que no solo exige que nos quedemos en casa y usemos barbijo, se trata de otra cosa. Nosotros estábamos acostumbrados a la libertad, a agarrar la ruta y 'hacer dedo', cargar pocas cosas en la mochila y salir, sentir esa adrenalina y poder saciarla. Ahora no se puede”, concluyó.

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