Día Mundial del Sida: la Anmat autorizó la práctica del autotest de VIH en la Argentina

Día Mundial del Sida: la Anmat autorizó la práctica del autotest de VIH en la Argentina

La medida es un avance en momentos en que por la pandemia de covid-19 cayó el número de diagnósticos. Adelantos y retrocesos.

AVANCE EN PREVENCIÓN. La ANMAT aprobó hace días una nueva herramienta: la utilización de autotest de VIH. AVANCE EN PREVENCIÓN. La ANMAT aprobó hace días una nueva herramienta: la utilización de autotest de VIH.

En un año difícil para la salud en todo el mundo, las buenas noticias son más que bien recibidas, son indispensables. Y en este Día Mundial de la Lucha contra el Sida en nuestro país hay buenas noticias: la Anmat acaba de autorizar el autotest  de VIH en la Argentina. Esta información constituye un muy buen dato, dado que la covid repercutió con fuerza. No hay aún cómo saber cual será la profundidad real de su alcance, pero se calcula que en estos meses han caído un 60% los diagnósticos debido a la pandemia.

Según datos de un sondeo sobre barreras de acceso a la salud durante el confinamiento, llevado a cabo por la organización Ciclo Positivo en todo el país, en 12 de las provincias argentinas los encuestados reportaron haber sido informados de faltantes de reactivos para al menos uno de los estudios de seguimiento y, en nueve de ellas, de medicamentos. Más del 80% reportó no haber accedido a los controles de monitoreo. En Tucumán -según la encuesta- se informó faltante de tests rápidos.

“Con el sistema de salud abocado a la covid-19, bajaron muchísimo los abordajes de prevención -alertó Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología y director de Investigaciones de la Fundación Huésped-. Cerraron muchos centros de testeo, no se podía hacer campañas públicas en la calle, la gente tenía miedo de ir a los hospitales... todo esto implicará un retroceso que aún no podemos cuantificar; pero calculamos que en los próximos 5 años veremos un aumento del 10 % de muertes relacionadas con VIH. Urge retomar las acciones”.

Dos pandemias

Quienes viven con VIH atraviesan dos pandemias simultáneas. De la de covid-19 se habla hasta el cansancio; la otra ha sido -después del boom generalmente amarillista del principio- silenciada: para la mayoría de la gente, es una cuestión ajena y lejana.

Por eso, desde hace casi 40 años las personas con VIH viven con una doble carga: la viral y la social. La primera (cantidad de virus que en el cuerpo) pueden mantenerla a raya con tratamiento. Eso les permitiría una vida semejante a la de cualquier persona... si no fuera por la otra: tabúes, estigma, discriminación, mal trato. Y entonces la serpiente se muerde la cola: la reacción individual a la actitud colectiva suele ser más silencio, y tener miedo de hablar puede ser mortífero.

“Llevaba 17 años guardándomelo. Nadie de mi entorno sabía. Pero el año pasado me puse tan mal... Abandoné el tratamiento y me dieron licencia psiquiátrica. Tenía altísima la carga viral, no  sé cómo no terminé internada...”,  cuenta M., para quien hoy dar su nombre sigue siendo impensable: todavía no puede nombrar “lo que le pasa”. “Pero por fin acepté que necesitaba ayuda y con mi psicólogo voy descubriendo hasta dónde me afectó el silencio. Hace poco pude contarles a mis hijos mayores, y me saqué un gran peso de encima”, agrega.

Es que es tan un tabú el VIH que ni los médicos piensan en él.  

“Hace dos años mi pareja empezó a bajar de peso muy rápido; le hicieron estudios y pasaron meses sin que encontraran nada. Por fin le indicaron test de VIH: dio positivo y no tuvieron mejor idea que dárselo por teléfono. Estaba solo, lejos... Fue un shock”, cuenta G.  

El shock duró bastante: angustia, lágrimas, pesadilla son los primeros sustantivos que incluye su relato. Pero luego se suman los peores; los que no nacen de la reacción subjetiva, sino de la actitud social (preanunciada en el llamado telefónico). “El tratamiento debía comenzar lo antes posible, pero la obra social sólo hacía hincapié en papeles. Me tuvieron tres meses sin darme la medicación, y luego, mes a mes, era otro caos. Hubo miles de discusiones y faltas de respeto... Y uno tiene miedo de denunciar por el tabú del VIH”, agrega.

“Situaciones como las de ellos  se siguen repitiendo todos los días”, asegura Sergio Ruiz, fundador de Identidad, asociación civil dedicada a educar sobre VIH, y a acompañar y contener personas que reciben diagnóstico positivo. “Uno de los efectos de que no se hable de VIH es que permanece el miedo, y el diagnóstico sigue cayendo como un mazazo”, agrega.

Se avanzó mucho

Sin embargo, personas que trabajan en VIH, tanto del sistema de salud como de organizaciones civiles, reconocen que hubo grandes avances en el abordaje de la infección, y desde 2018 las evidencias son contundentes: las personas con CV indetectable no transmiten el virus en el intercambio sexual. De esta manera, el tratamiento no sólo mejora su calidad de vida sino que es también herramienta de prevención.

La adherencia al tratamiento es otro punto en el que es clave estar acompañados y en contacto con pares. Identidad -cuenta Sergio- está asistiendo a 355 personas (17, menores de 15), y muchos  de ellos lograron adhesión al tratamiento y la indetectabilidad. “No conocía a nadie que viviera lo mismo que yo y creía que nadie me iba a entender -recuerda M.- Pero Sergio insistió y me contactó con otras personas en situación parecida y ayudó mucho. Ahora estoy más comprometida con mi tratamiento”.

“La indetectabilidad también permite a las madres no transmitir el virus ni en el embarazo ni en el parto, que puede ser vaginal, con todos los beneficios que eso supone”, agrega Natalia Haag, de la Comunidad Internacional de mujeres con VIH.

Datos epidemiológicos

136.000 argentinos viven con el virus

Ayer al mediodía se presentaron oficialmente los datos epidemiológicos 2020 (que presentan la realidad de 2019 y principios de este año): se estima que 136.000 personas viven con VIH en el país, y que el 17 % de ellas lo ignora. El 98% de las infecciones se produce durante relaciones sexuales sin protección. Entre las nuevas estrategias se planteó extender de la oferta de test rápidos, implementar prueba piloto con autoest, aumentar los puestos de distribución de preservativos, incluidos los vaginales, y fortalecer la demanda de profilaxis postexposición (medicación para después de vivir una situación de riesgo), según informó la dirección de Respuesta al VIH.

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