Por Claudia Nicolini
01 Diciembre 2020
ARCHIVO LA GACETA
“En 2020, todos los ojos se han puesto sobre la pandemia de covid-19 y sobre cómo esta ha afectado a nuestra salud. (...) La covid-19 ha puesto sobre la mesa una vez más que la salud se interrelaciona directamente con otros problemas fundamentales, tales como la reducción de la desigualdad, los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico”. Así introdujo Onusida una serie de documentos que publicó en preparación para este Día Mundial en Respuesta al VIH.
Nadie está preparado para una pandemia, pero hoy las vivimos en simultáneo (se suman a la de covid-19 y la de VIH otras como la obesidad y la violencia de género) y se calcula que no pasará mucho hasta que irrumpa otra
La comunicación es clave
“Habíamos aprendido con el VIH que expresiones como grupo de riesgo no sólo estigmatizan sino que hacen a mucha gente percibir ‘a mí no me va a pasar’”, describió Mariana Iácono, referente de la Comunidad Argentina de Mujeres con VIH, durante el conversatorio “Sida, la otra pandemia”, que organizó AHF Argentina, y señaló que en el caso de la covid esa expresión llevó a que muchas personas jóvenes no sigan las medidas de cuidado.
“No se trata de grupos determinados, sino de conductas que pueden ponernos en situación de riesgo o vulnerabilidad a las que todos somos susceptibles -destaca a LA GACETA el periodista Gastón Ortiz, coautor de la guía “Buenas prácticas en la comunicación sobre VIH y sida”, producida por AHF y la Red Argentina de Periodismo Científico-. Cuando en los 80 el VIH era una condena a muerte próxima, los medios lo llamaron “peste rosa” y hasta castigo divino...”. “Hoy se mantiene el prejuicio, y lo real es que el virus, al contrario que la gente, no discrimina; no está pendiente de la orientación sexual de nadie”, agrega y pone en el eje otro punto común: muchas personas con covid y personal de salud que estuvo en contacto con el virus sufrieron ataques, escraches, malos tratos...
Información confiable
Cuando irrumpió el VIH en EE.UU. y desde allí se dispersó al mundo entero, no existía el término infodemia, pero no haber podido nombrarla entonces sólo hizo más graves sus efectos: “la discriminación subsiste porque no se logra derribar los prejuicios construidos durante cuatro décadas”, agrega Ortiz y establece más paralelos con la actualidad: desde las hipótesis conspirativas a las dificultades de acceso a los cuidados por parte de las población más vulnerable, por razones económicas, educativas, culturales...
“Hay que basar las acciones los modelos de atención en la comunidad y en el trabajo con la sociedad civil”, resaltaba casi como un clamor en el Congreso Mundial de Sida 2019 la especialista africana Gloria Maimela..
Era una de las lecciones del VIH. No lo aplicamos esta vez... ojalá hayamos aprendido.
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