Cortometrajes tucumanos en una competencia nacional

Cortometrajes tucumanos en una competencia nacional

Nicolás Aráoz volvió a rodar ficción luego de 25 años con“Vamos a cocinar fuego y a detener pescados”. Un relato con carga onírica y poética.

ACTRIZ Y PRODUCTORA. Laura Namur fue clave para realizar la película. ACTRIZ Y PRODUCTORA. Laura Namur fue clave para realizar la película.
21 Octubre 2020

Buena parte de la creatividad audiovisual de los artistas tucumanos está volcada a los cortometrajes. Tres de ellos compiten en la categoría respectiva a nivel nacional en el festival Tucumán Cine y pueden verse gratis en la plataforma nacional Cont.ar.

Dos de estos trabajos locales ya se estrenaron en el reciente Cortala: “Silicona líquida”, de Verónica Quiroga, y “En la sombra”, de Matías Minahk y Matías Galindo, que se alzó con el premio Pachamama de ese certamen. El tercero debuta en la pantalla: “Vamos a cocinar fuego y a detener pescados”, de Nicolás Aráoz.

“La idea surgió de la productora y actriz, Laura Namur, quien fue mi alumna en la Escuela de Cine de la UNT y con quien nos hicimos muy amigos -señala el director-. Cuando volvió de España me llamó y me propuso filmar esta historia, que comienza con ella pescando en un río. Ella tenía tan claro todo que me lo clarificó a mí y me impulsó a volver a filmar después de más de 25 años que no hacía ficción”.

Aráoz resalta: “los cortometrajes te permiten experimentar con su lenguaje y buscar cosas que tienen que ver con la narración”. “Esta historia tiene que ver con lo onírico y lo poético a partir de pequeñas líneas argumentales y me centré en lo sensorial para construir el guión, en un momento de vida especial en el que estaba cerrando un ciclo y abriendo otro. Lo filmamos en febrero, en tres jornadas, con un pequeño y muy lindo grupo de trabajo. Existió una muy buena energía y fluyeron muy bien las cosas, con mucha amabilidad. La edición fue en cuarentena, donde maduró y decantó todo. Hubo instancias de mucho aprendizaje y disfrute. Y lo extra es haber entrado en el festival para que se pueda ver este trabajo, porque siento que lo mío se agota en la realización”, describe.

En el proceso se suprimió una voz en off que llevaba una línea argumental, suprimida en la etapa de montaje y a partir de “El viejo y el mar” de Ernest Hemingway. “Sentí que no iba, que ponía mucho peso en el punto de vista de la pescadora cuando quería que tenga más presencia el del hombre que duerme en el colectivo. Cuando uno escribe un guión hay aspectos que funcionan pero al trabajar la edición, se ve el cuerpo entero y se cambian cosas. A veces es muy difícil comunicar las ideas, sobre todo cuando no hay una estructura dramática clásica”, señala. Entre sus colaboradores, menciona al montajista Juan Pablo Di Bitonto y al sonidista Fernando Galucci, pero destaca que su agradecimiento es al equipo artístico y técnico completo, incluyendo al pianista Juan Pablo Cadierno.

“El Tucumán Cine es el espacio ideal para compartir este trabajo e invitar gente a que lo vean, a mis afectos y a mis alumnos. Lo estoy disfrutando mucho. Cada espectador termina de poner lo suyo a toda propuesta, sobre todo en este tipo de trabajos. Siempre hay un lugar desde el que uno parte, pero la idea es que cada uno lo mire, lo disfrute y sienta qué le pasa con el corto. Prefiero no explicar nada”, concluye.

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