Profesores les pagan internet de su bolsillo a los chicos para poder rendir

Rita Guitérrez siempre fue una chica estudiosa y aplicada, pero le iba mal. Llegaba tarde a la escuela porque tenía que trabajar y el hecho de vivir en un barrio vulnerable como Las Piedritas, en la margen oeste del río Salí, en el Gran San Miguel de Tucumán, le impedía acceder hasta los servicios públicos más esenciales. Siempre con la ayuda de sus maestros pudo llegar a 6° año de la Escuela Secundaria República de México. Pero justo ahí encontró un escollo peor: para rendir dos materias previas y terminar la secundaria necesitaba internet y un celular, que no tenía.

Como Rita, unos 10.000 chicos tucumanos deberían rendir exámenes de terminalidad y asignaturas pendientes del nivel medio, pero no todos pueden hacerlo. ¿Cómo alcanzar el derecho a la educación obligatoria cuando no se tienen recursos? Ahí están, una vez más, los profesores, haciendo la “vaquita” para proveer de datos virtuales a sus alumnos para que recarguen sus celulares. En otros casos lo hacen a través de las cooperadoras escolares. “Ya en el formulario de inscripción para rendir les pedimos a los alumnos que nos indiquen si van a poder conectarse y, de acuerdo a eso, les hacemos las cargas virtuales en sus dispositivos”, dice la directora de la Comercio N° 1, Alejandra Orellana.

Las escuelas medias de Mancopa y de Romera Pozo también apadrinan con datos a sus alumnos, pero de una manera diferente. “Las recargas son de carácter voluntario pero casi todos los docentes aportamos”, dice Lorena Leguizamón, asesora pedagógica de la escuela de Romera Pozo, distante a 37 km de la capital. “El examen se realiza en dos partes teniendo en cuenta que los equipos de algunos chicos son básicos y no pueden descargar Apps como Zoom o Meet; por eso solo usamos WhatsApp. La primera parte del examen es escrita y la segunda es una videollamada en la que el alumno defiende su trabajo”, cuenta.

En la escuela República de México de Los Gutiérrez, la modalidad es “premiar a los chicos que siempre participan y que más se esfuerzan, pero sobre todo, a los que tienen muchos hermanos y un solo celular, o no tienen acceso a internet. Los profes les hacemos recargas virtuales a tres estudiantes por curso cada mes”, cuenta la profesora María de los Ángeles Acosta. “Tenemos una escuela pequeña por eso conocemos las necesidades de nuestros alumnos”, dice.

Problemas de señal

Hay lugares en Tucumán donde por más que los docentes se esfuercen en recargar los celulares de los chicos la señal es mala. Eso ocurre en localidades de Leales como Los Herrera y Los Romano. El profesor de Lengua y Literatura Pablo Orellana cuenta que aunque los periódicamente los docentes les hacen recargas virtuales a los alumnos la señal es mala. Es imposible mantener una videollamada por 15 o 20 minutos como se necesita para un examen, dice. En su escuela ninguno se presentó a rendir. “Con una alumna de Los Romano quedé en tomarle en noviembre el examen, en una mesa especial para completar carrera, porque entonces podrá viajar a la casa de un pariente en la ciudad que tiene señal e internet suficiente para hacer la videollamada”, señala.

Mucho ausentismo

Si bien suele haber pocos alumnos en los llamados para rendir asignaturas pendientes y para completar carrera, nada se compara con “el fracaso” que fue esta vez, según el término que usó el profesor Raúl Miguel Quinteros, de la escuela de Comercio General San Martín de Monteros. “De 75 alumnos inscriptos, en una escuela tan grande como la nuestra, apenas se presentaron a rendir 15 alumnos; es decir a quienes los docentes pudieron pagarles los datos”, lamenta. “Aquí, en Monteros, la mayoría no pudo rendir, y fue la gran queja en las redes sociales porque los chicos no tenían conectividad. El gobierno provincial decía que las comunas se iban a hacer cargo pero ninguna se animó a llevar a los chicos a un local cerrado por temor a los contagios con el virus. Los pocos que rindieron lo hicieron porque los docentes colaboraron”, remarca.

“En esta pandemia, los docentes tuvimos que invertir para tener buen internet en la casa, pero los alumnos no pueden hacer eso; en el interior los chicos trabajan en las cosechas, de albañiles o haciendo changas. Muchas familias están sin trabajo. ¿Por qué el gobierno provincial no deja libre el acceso a internet durante unas tres horas al día en las comunas para que los chicos puedan conectarse?”, propone.

Adriana Salomón, docente de matemática de la secundaria de Río Seco, está decepcionada porque tenía dos alumnos para completar carrera y ninguno se presentó. “Hasta los llamamos por teléfono para que se presenten, y nada. Uno me dijo que sí, lo preparamos y hasta le hicimos hacer un simulacro, pero al final no se conectó. También puede ser porque no tuvieron tiempo de estudiar. Les avisamos con dos semanas de anticipación solamente porque es cuando nos avisaron a nosotros”, reniega.

Desde su trabajo, un negocio que vende ropa, Rita le manda un mensaje a su profesora de Literatura, Ángeles Acosta: “profe, ¿puede agendar el teléfono de mi patrona? Ella me va a prestar su celular para que pueda rendir”, le dice rebosante de alegría. Así, en medio de la jornada laboral de Rita, los rostros de las tres docentes aparecen en la pequeña pantalla del celular de la dueña del local. Rita expone su tema y da un examen brillante. Se saca un ocho.

Protocolo del examen

Se graban las videoconferencias

La resolución Nº 79 de la Secretaría de Gestión Educativa exige a los alumnos para rendir cuenten con conectividad y equipamiento tecnológico adecuado: PC de escritorio, notebook, celular, tablets o similar, con cámara, audio y micrófono. El alumno debe conectarse diez minutos antes de la hora señalada para el examen y debe permanecer en videoconferencia hasta que el personal administrativo tome lista de los presentes y establezca un orden para la evaluación. El examen puede ser oral o escrito y grabado. Si la conexión es débil o inestable y falla podrá ser suspendido y reprogramado.