28 Septiembre 2020
Manuel Courel.
Las obras de ampliación del cementerio San Agustín quedaron paralizadas el viernes, en razón de que, aunque tenían apto ambiental y evaluación de napas, faltaba autorización de Catastro, explicó Manuel Courel, jefe de Gabinete de Yerba Buena.
El escándalo de San Pablo le cayó encima a Yerba Buena, pese a que, según explicó Courel, no hay pedido ni autorización para hacer un crematorio en la “ciudad jardín”. Pero una de las vecinas de change.org., María Agustina Bauque, activó un petitorio: “Nos oponemos (...) porque se intenta instalar 2.500 tumbas y un crematorio en una zona considerada de recuperación ambiental, con el enorme peligro de contaminación directa de las napas freáticas y acuíferos existentes en dicha área. Todo esto vulnera lo establecido por el Código de Planeamiento Urbano de Yerba Buena y las leyes de Medio Ambiente”, dijo.
Courel aclaró que el estudio de factibilidad de ampliación del cementerio ya ha sido aprobado en el marco de las normas; que la clausura se debió a la falta de aprobación de Catastro y que se esperará esa medida. “Vamos a hacer todo lo que haya que hacer dentro de la ley y de cara a los vecinos”, dijo. Por su parte, el responsable del cementerio San Agustín, Sebastián Robles, dijo que no se pidió hacer un crematorio, sino que se busca ampliar el cementerio, “que ya tiene 41 años en este lugar”. “Entendemos la preocupación de los vecinos. Tenemos todas las autorizaciones”. Explicó que “es preocupante la falta de espacio de los cementerios. En nuestro caso, del año pasado a este se han duplicado los servicios, tanto de sepelios como de inhumación”.
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