21 Agosto 2020
En términos muy simples, políticamente la Argentina está dividida en tres tercios: el tercio kirchnerista, el antikirchnerista y el fluctuante, que es el que normalmente define las elecciones. A lo largo de los cinco meses de la cuarentena que ha transcurrido, este último tercio ha ido evolucionando de una posición muy marcada de apoyo al presidente, Alberto Fernández, a una posición en que la imagen negativa ha empezado a superar la positiva.
Paralelamente a esta evolución en las encuestas, se fue gestando un movimiento opositor en las calles que representa al tercio antikirchnerista. La circunstancias le permitieron a este movimiento articular sus tres expresiones más relevantes con las fechas patrias: el 20 de junio con el aniversario de la Bandera, que este año conmemoró los 200 años del fallecimiento de Manuel Belgrano; el 9 de julio, ya mostró un mayor impacto nacional con manifestaciones en los principales centros urbanos; y el 17 de agosto, la tercera, fue la que tuvo más participación y despliegue territorial.
Las causas de este movimiento opositor son diversas. En el primero, el precipitante fue el proyecto de expropiación de la empresa Vicentin y el freno de la economía generado por la pandemia, más los reclamos contra la cuarentena estricta que se sumaban. En la segunda, Vicentin había desaparecido pero las dos causas mencionadas se agravaban. El 17 de agosto la reforma de la Justicia adquiría un rol protagónico en los reclamos.
Que fueran tres fechas históricas hizo que la bandera tuviera una presencia simbólica en manos de la oposición. Una paradoja porque desde el Instituto Patria el kirchnerismo venía haciendo un culto del nacionalismo.
El liderazgo opositor está diluido y en posición contradictoria. El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no sólo es el dirigente del PRO con mejor imagen en la Capital, sino que a nivel nacional alcanza niveles similares a los del presidente. Sin embargo, convocó a no participar en la marcha en el distrito que fue más exitosa, que fue la Ciudad de Buenos Aires.
El tercio opositor demuestra cada vez más fervor, aunque recién se han cumplido ocho meses de gobierno. El tercio oficialista no ha abandonado al Gobierno, pero ha perdido el entusiasmo. Es que los subsidios económicos y sociales no llegan a compensar el deterioro de la situación.
La política argentina es contradictoria. Las encuestas dicen que Alberto Fernández es el líder con mejor imagen en el oficialismo y que Rodríguez Larreta lo es en la oposición. La conclusión es clara: ganan los moderados.
Pero al mismo tiempo la figura nueva es Sergio Berni, representante de la política de “mano dura” frente a la delincuencia. Ya hace un mes aparecía en las encuestas con mejor imagen que todos los ministros del poder ejecutivo, y hace dos semanas ocupando el tercer lugar detrás del presidente y el jefe de Gobierno, pero antes que el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.
Pero la política es cambiante. Quedan por delante meses muy difíciles, sobre todo para quienes gobiernan.
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