Humor gráfico: el nuevo formato digital de una revista

Humor gráfico: el nuevo formato digital de una revista

Papalú nació en 2009 creada por Sejo Delgado y ahora revive en internet.

ALAN STROKER. La historieta animada forma parte del menú de la página.  ALAN STROKER. La historieta animada forma parte del menú de la página.
13 Julio 2020

“Debido a la falta de fútbol y de todo tipo de deportes, a los periodistas no se les cae una idea pero a los hinchas sí. Para sopesar la falta de balón y del tablón, los simpatizantes caracterizados se encargaron de emprender campeonatos hasta de chinchón online, contra hinchas de otros clubes, elevando estos encuentros a niveles de Copa Libertadores. Por ejemplo, así Chacarita pudo medirse contra San Lorenzo a hacha y tiza en el marco de esos torneos. Lamentablemente, la violencia no faltó a la cita. Nuestras fuentes nos dieron nota de que hubo al menos un centenar de monitores rotos”.

El texto es de la página papalutoons.com, versión digital de la revista Papalú. Es realizada por un equipo que viene trabajando intensamente en diseño gráfico y márketing publicitario, para empresas argentinas y españolas, según explicó el dibujante e historietista Sejo Delgado. “Por eso nos resultó fácil armarla. Tuvimos apoyo de varios dibujantes tucumanos y del resto del país”, indicó. Junto a él, los principales impulsores de los contenidos son Catto Emmerich y Esteban Abdala, un diseñador radicado en España.

En edición y animación trabaja Andrés Figueroa, mientras que los colaboradores son Iván Ríos, Andrés Garmendia, Gustavo Sala, Sergio Mas, “Pollo” Svetliza, Darío Castro, Silvana Sisti, Ailén Abdala, Agostina Pacheco Leverone y “Churro Crudo”. Si bien la edición de la revista es digital, el grupo tiene la intención de lanzar una versión impresa coleccionable, cada cuatro meses, donde se recopile una selección del material.

En realidad, la revista Papalú tuvo su origen en 2009 y se publicó durante cinco años. Los primeros ejemplares se hacían mediante fotocopias, según recuerda Sejo. “Después la imprimíamos en offset. Cuando íbamos por el número cuatro comenzamos a tener el auspicio del gremio de Prensa, que nos facilitó la impresión en una mejor calidad y permitió que la revista se mantuviera viva durante 33 números. Unos cinco años”, rememoró.

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