“En mi familia siempre se dijo que era tucumana”

“En mi familia siempre se dijo que era tucumana”

El curador de arte, oriundo de Rosario de la Frontera, cuenta que la artista era tía de su abuelo, y los visitaba.

EN LAS BATEAS. La casa de Lola Mora en Rosario de la Frontera. EN LAS BATEAS. La casa de Lola Mora en Rosario de la Frontera.

Orgulloso de su parentesco con la gran escultora, tal vez su figura influyó para que buceara en las artes plásticas como curador.

“A mi casa vieja de Rosario de la Frontera que tiene, por lo menos, cien años, iba a visitarlas a mis tías abuelas. Lola Mora era tía de mi abuelo Segundo Ramos, prima hermana de mi bisabuela y de mis tías bisabuelas. Habrá estado en mi casa dos o tres veces, a una cuadra de la plaza; cuando viajaba a Salta siempre pasaba por ahí”, relata Segundo Ramos, que nació en esa ciudad salteña y vive en San Miguel de Tucumán.

- ¿Hay cartas, fotos o algo que dé fe sobre su paso o estancia en Rosario?

- No hay una carta que diga: “estoy pasando por Rosario de la Frontera”, no tengo nada, solo cinco o seis medallas que ella acuñaba, que quedaron en la familia porque se las regaló a las abuelas. A ella le pagaban para que hiciera la acuñación de monedas y se ganaba la vida con eso también. El árbol genealógico lo tenía mi abuelo y debe estar en la casa de mi tía, había fotos de ella con sus primas, otras le mostré a Martita Ezcurra en su momento, porque ella tenía varias fotos de Lola Mora, inhallables, únicas; cuando murió le pregunté a la sobrina y me dijo que no sabía dónde estaban las cosas o si alguien se las llevó. Pero en la familia, fotos viejas se perdieron porque eran de vidrio.

- Al parecer, el libro de registro o de oro del Hotel Termas está desaparecido…

- Se creyó que estuvo Einstein un fin de semana, que lo trajeron de Córdoba hasta Rosario de la Frontera, donde pasó la noche y firmó el libro del hotel, pero este desapareció. Creo que Lola Mora no vivía en forma permanente en esa casa que está en ruinas, pasaba y tenía donde parar ahí, eso me lo contó mi abuelo. Nunca vivió cuatro años, tampoco una vecina más del pueblo. En mi familia siempre se dijo que era tucumana, no salteña. La última vez que vi esa casa, hará unos 10 años, había unos yuyales terribles.

Comentarios