“Don Candelario cuenta que él le jabonaba la espalda”

“Don Candelario cuenta que él le jabonaba la espalda”

El escritor rosarino Carlos Maita recogió testimonios sobre la estancia de Lola Mora en esa ciudad.

ROSARIO DE LA FRONTERA. Carlos Maita en la casa de Lola Mora. ROSARIO DE LA FRONTERA. Carlos Maita en la casa de Lola Mora.

Curioso, locuaz, el escritor y docente, ganador de varios premios, autor del himno a Rosario de la Frontera, ha dedicado varios de sus años a seguir los pasos de Lola Mora en su ciudad natal. “Ella llega por invitación de Federico Rodas Cornejo, que había sido intendente de Rosario. Su contacto con él antes de venir acá fue en El Tala; la entonces niña María Luisa Castiñeira de Campanella fue testigo de ese encuentro. Cuenta que Lola Mora le confiesa a Rodas Cornejo que ese es su lugar de nacimiento, El Tala. Y de ahí se vienen a Rosario de la Frontera. Un año antes, porque en 1927, coincido totalmente con lo que usted dice de acuerdo con los documentos de permisos de cateo, ella estuvo en 1926 acá hasta 1930, alternaba con sus viajes a Salta en tren hacía esos viajes según el relato de los lugareños que trabajaron con ella que concuerda con lo que es la realidad, con lo que está documentado, Lola Mora estuvo alojada en Salta y también en Rosario durante esa época”, cuenta Carlos Jesús Maita (1966).

- ¿Hay registros o documentos acerca de que haya vivido en Rosario?

- No, es lo que más he buscado de una manera minuciosa. ¿Sabe cuál es el problema de Rosario de la Frontera?, nunca valoró los documentos escritos cada vez que se iban produciendo los fondos documentales, los iban destruyendo. Estuve como jefe del Archivo Histórico Municipal en 2008 y ha sido muy poco lo que logré rescatar al respecto, parece que en esa etapa fueron quemados o destruidos los archivos municipales.

- Tengo entendido que los archivos no la nombran y es extraño porque ella era una personalidad.

- No, no la nombran, hay como un gran vacío histórico, se perdió esa línea cronológica, se perdieron los libros de actas, no existen los registros de resoluciones, pero se logró recuperar la historia gracias a los relatos orales de gente muy vieja que trabajó en esa etapa. El libro de registros del Hotel Termas también se perdió. Hay un gran vacío en ese sentido.

- ¿Lola Mora y Rodas Conejo se conocen en el encuentro de El Tala o ya eran amigos?

- Según doña María Luisa Castiñeira, ella ya conocía a la familia Rodas Cornejo, ese encuentro no fue fortuito, fue pactado y fue puntualmente por el cateo de las minas de esquistos bituminosos en la zona de Las Bateas, ahí es cuando la trae hacia la ladera del cerro que tenemos. Ella se instala allí y comienza con su expedición de reconocimiento del lugar y contrata al plantel de peones y capataces. Uno de sus peones principales fue Candelario Rojas, a quien entrevisté. Él me dio todos los datos, desde la llegada de Lola Mora, a cómo era físicamente, cómo trataba a la peonada, cuál era su objetivo… era muy campechana, le decía a la gente que estaban viviendo en un lugar que era una mina de oro, que podía ser un lugar bastante importante desde el punto de vista comercial porque había pensado que a través de los esquistos bituminosos se podía extraer aceite lubricante de alta calidad. Esa misma idea de Lola Mora la va a aplicar la empresa Texaco. Ella fue una precursora.

- ¿No llega a extraer nada?

- Sufre la explosión del horno que le había costado mucho hacer y había invertido dinero en otros emprendimientos mineros en Valle de Lerma, en la Quebrada de El Toro. Yo alcancé a conocer las ruinas del horno, don Candelario no podía ir porque estaba cercano a los 90 años, pero por sus indicaciones pudimos ir. Dice que aparentemente se produjo una explosión medio negligente de los empleados por los propios gases de las rocas. En el año 95 hicimos lo mismo y se produjo una gran explosión por los esquistos, que producen gases y a causa de la presión explotan. La idea de Lola Mora era graduar esa concentración de calores, pero en la práctica le erraron sus operarios.

- ¿Lola tenía parientes directos en Rosario?

- Aparentemente tenía unos parientes lejanos, creo que había una proximidad familiar con los Cornejo. Vino unos años después Antonio David Sorich que es el que da con el documento de Lola Mora declarada como nacida en Salta, no en Tucumán, según el primer censo hecho durante el gobierno de Sarmiento, que es el primer documento anterior al del bautismo de Lola Mora, por eso se sabe que es salteña, nació en El Tala…

- ¿Por qué afirma que las piedras marcadas las hizo Lola Mora?

- Digo que no es habitual que alguien haya tallado una piedra de ese modo. Cuando yo observo el labrado no me quedó duda de que lo hizo alguien que conocía sobre el tallado, no cualquier persona hizo esas incisiones en las piedras. Un día don Candelario me dijo: “Era un sábado a la tarde y ella…”, don Candelario era el cadete preferido de ella, es más, dice que él le jabonaba la espalda y dice que ella se bañaba en el agua mineral de ahí. Me dijo: “Yo la vi cuando ella labró esa piedra. Una tarde que estaba como aburrida me dijo: ‘yo te voy a enseñar cómo se hace para marcar estas piedras, no es fácil porque se quiebran, hay que saber, esta es una cuestión de maestría’”. Textual.

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