Una enfermera indígena hace de puente en su pueblo del Amazonas

Una enfermera indígena hace de puente en su pueblo del Amazonas

Vanderlecia Ortega dos Santos es la primera línea de atención para 700 familias de la etnia witoto.

08 Mayo 2020

MANAOS, Brasil.- Vicente Piratapuia, de 69 años, de la tribu de los piratapuia de Brasil, tenía fiebre alta y apenas podía respirar, pero se negaba a abandonar su hogar en las afueras de la ciudad más grande de la selva amazónica. Una enfermera capacitada en su comunidad lo convenció de que moriría si se negaba a que le llevaran a emergencias.

Vanderlecia Ortega dos Santos, Vanda para sus vecinos, se ofreció como voluntaria para brindar la única atención de primera línea que protege a su comunidad de 700 familias de la epidemia de covid-19 que asedia a Manaos.

El empobrecido asentamiento de descendientes de 35 tribus, llamado Parque das Tribos, carece de agua potable y de electricidad en la mayoría de los hogares. Las ambulancias no buscan a los enfermos graves porque no hay un centro de salud pública cerca.

Mientras la pandemia se extiende por Brasil, los indígenas que viven en ciudades quedan atrapados en un limbo porque el servicio de salud indígena del país (Sesai) se enfoca en aquellos que viven en reservas de tribus.

Sesai reportó 10 muertes de indígenas por covid-19 en tierras nativas, pero la organización activista APIB estimó esta semana al menos 18 fallecidos de estas comunidades.

El número real de casos en aldeas remotas del interior de Brasil es difícil de determinar.

“Nuestra gente está muriendo y no están siendo reconocidos como indígenas por el Estado ni por Sesai”, dijo Vanda, miembro de la tribu Witoto, con asiento en la frontera con Colombia.

Manaos, la capital del estado de Amazonas, que sufre el brote de covid-19 más mortal de Brasil per cápita, ha visto cómo la enfermedad desborda hospitales, cementerios y la capacidad de los funcionarios para contar muertos.

Vanda, de 32 años, nació en el pueblo ribereño de Amatura y se mudó río abajo hace 10 años, a Manaos, donde se formó como enfermera técnica. Trabaja tratando pacientes con cáncer de piel en una clínica de la ciudad.

Desde que comenzó la epidemia, utiliza su tiempo libre para hacer visitas a domicilio en su comunidad, rastreando los posibles síntomas de covid-19 a través de un grupo de WhatsApp que creó.

Esta semana estuvo monitoreando unos 40 casos sospechosos. Remitió a cinco personas en estado grave a los servicios de emergencia, incluida una anciana que tuvo que ser llevada en auto, por la falta de una ambulancia.

Vanda le da a sus pacientes analgésicos y medicinas básicas, y ofrece orientación para limitar el contagio. Hace visitas a domicilio con un delantal, guantes y una máscara, a veces bajo un tocado tradicional de plumas de guacamayo de los witoto.

El hambre llegó a la comunidad antes que el virus, explicó. Las medidas de distanciamiento social impuestas para frenar el brote afectan la economía local y han eliminado ingresos tanto para las mujeres que hacen artesanías o trabajan como empleadas domésticas en los hogares de Manaos, como para los hombres que trabajan en obras de construcción.

“Como estábamos tan desprovistos de asistencia pública, comencé una campaña en las redes sociales para recibir donaciones de alimentos y kits de higiene”, contó Vanda.

También impulsó un taller en la casa de su madre donde las mujeres cosen máscaras de tela para la comunidad.

Cuando el ministro de Salud de Brasil visitó Manaos, Vanda y dos de sus amigos lo recibieron con una protesta frente al hospital principal de la ciudad, exigiendo atención médica para los indígenas.

Ella y otras dos mujeres llevaban máscaras hechas por su madre, estampadas con la frase “las vidas de los indígenas importan”.

Como respuesta, el jefe de Sesai, Robson Santos da Silva, dijo que un hospital de campaña en Manaos prometido por el gobierno federal tendría un ala para pacientes indígenas con coronavirus.

Sin embargo, un portavoz del ministerio dijo que la construcción del hospital de campaña tendría que esperar mientras el Gobierno se enfoca primero en expandir las instalaciones existentes en Manaos. (Reuters)

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