Compras virtuales de “juguetes” aumentan en los sexshops

Compras virtuales de “juguetes” aumentan en los sexshops

Sin eventos que desvíen la atención, comerciantes del rubro sostienen que aumentarán la inventiva y el tiempo destinado al sexo. Delivery seguro.

Al entrar a un sexshop por primera vez lo que sorprende es la cantidad de frascos, cremas y lubricantes que condensan los estantes. El asunto no es nada nuevo, pero durante las últimas semanas la hilera de recipientes sumó otro producto al catálogo: el alcohol en gel.

Como resultado de la propagación del covid-19 diversos locales empezaron a restringir los horarios de atención y a maximizar las medidas sanitarias. La pandemia pegó de lleno en cafeterías, bares, servicios públicos... Y también se metió en el dormitorio de los tucumanos.

“Desde ayer las ventas online de juguetes sexuales aumentaron bastante. Con el asunto de la cuarentena voluntaria y la cancelación de la mayoría de eventos sociales es el momento ideal para focalizarnos en los vínculos afectivos dentro del hogar. Y esto involucra de lleno al sexo”, afirma Ana Laura Brito Paz, dueña de un showroom erótico ubicado en barrio Sur.

Sin campañas de marketing de por medio, el impulso fue gracias al servicio de delivery gratuito que ofrece a sus clientes y las chances de “llenar el carrito virtual de fantasías”. Dos opciones que permiten a los amantes mantenerse a resguardo y aprovechar el antiguo “ya que estamos” para tener sexo.

“De por sí, visitar en persona un sexshop siempre fue un tabú. Lo que impacta ahora es la cantidad de parejas que buscan asesoría telefónica. El valor viene de la privacidad. Y, con los tiempos que corren y la 'psicosis' por contagios, la alternativa de cadetería es ideal. La gente pide la comida, el postre y de paso un consolador”, afirma Juan Pablo Kassab, encargado de un negocio varieté de películas eróticas y de lencería.

Maratón personal

Hace tres días que estás medianamente aislado. Sin el asado del sábado, el after hour del viernes o el almuerzo familiar del fin de semana. Aunque la tragedia no es esa, sino que al lado está tu pareja. En un monoambiente de 50 x 50. ¿Qué hacer cuando las películas y las conversaciones sensatas se acaban?

La respuesta de Laura lleva a una hipótesis curiosa (y algo rebuscada). “La mitad del día nos la pasamos en las redes sociales o procrastinando en internet. Las horas libre hacen que consumas información y basta con entrar a una página erótica para engancharte. Es horroroso decir que por aburrimiento las parejas tendrán sexo y, sin embargo, es probable que ocurra al no desviarse el foco de atención a estímulos externos”, explica.

Cuestión de tiempo

“100% discretos” es la característica con que Germán Miroli -dueño de un sexshop en el microcentro- describe su servicio de delivery. Los productos estrella que transporta el cadete (en una bolsa nada sospechosa y genérica) son sobre todo lubricantes y potenciadores. En general, la transacción implica el asesoramiento de una vendedera a través de WhatsApp o de Instagram.

En su caso, el flujo de ventas digitales sigue siendo normal, sin diferencias destacables. “Hay que darle un tiempo a la gente para que se acostumbre a los cambios sociales que estamos experimentando”, agrega el comerciante. Su local comenzó a funcionar a puertas cerradas y las empleadas utilizan guantes descartables para evitar el contacto directo con la mercancía.

Pese a que internet funciona las 24 horas, el número empresarial de Juan Pablo Kassab suele explotar a partir de las 21. Un hábito peculiar que habla sobre la fugacidad o la falta de planificación previa de los encuentros.

“Es recomún que las mujeres nos pidan fotos de conjuntos o juegos previos a pocas horas de cerrar. A veces incluso se nota el apuro. En los hombres pasa similar, sólo que se centran en comprar con tarjeta disfraces, bodysplash o perfumes”, confiesa haciendo un relevamiento de los últimos meses.

“Ahí hay otro cambio y siento que se relaciona con el temor de la exposición al coronavirus -conjetura Kassab-. Quizás, de acá en adelante haya menos encuentros casuales y más inventiva en las parejas afianzadas. O puede que a futuro se trastoquen varias reglas de contacto, roce y disfrute”.

Esta nota es de acceso libre.
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