“Estoy triste y muy enojada con la vida”, dijo la madre de Valentín Villegas

“Estoy triste y muy enojada con la vida”, dijo la madre de Valentín Villegas

Soledad Contreras afirmó que vuelve a Cañada de Gómez “con el mismo dolor” por la muerte de su hijo.

EL DÍA DESPUÉS DE LA SENTENCIA. Santiago Villegas, Soledad Contreras y Sara, en el patio de la vivienda. la gaceta / fotos de diego araoz EL DÍA DESPUÉS DE LA SENTENCIA. Santiago Villegas, Soledad Contreras y Sara, en el patio de la vivienda. la gaceta / fotos de diego araoz

María Soledad Contreras rememoró el último mensaje que le había enviado Valentín Villegas, luego de charlar varias horas aquella madrugada del 21 de octubre de 2018. Después de saludarla por el Día de la Madre, el hijo le había prometido que la visitaría en Cañada de Gómez, Santa Fe. Ella había elegido para vivir una casa grande con pileta, pensando en que los chicos pasarían los veranos ahí, juntos. “Lo esperaba el tiempo que estuve allá (por la localidad santafesina). Caí que ya no está durante estos días aquí, al ver sus restos en la cajita que tiene la fecha de nacimiento y de fallecimiento”, confesó, con lágrimas. “No sé cómo continuaré con mi vida. Parece que me cayó una bomba. Esto nos afectó, destruyó todo. Hoy, soy una persona triste y estoy muy enojada con la vida. Espero algún día poder sanar”, aseguró.

Soledad, como la nombran en el entorno familiar, tiene previsto retornar a Cañada de Gómez este fin de semana. “Te aseguro que me voy con el mismo dolor. La sentencia no te cambia nada. Yo vuelvo y los restos de mi hijo están en una caja de madera”, expresó.

La Justicia condenó el jueves a Franco “El Tuerto” Valdez a prisión perpetua. Lo consideró autor responsable del homicidio criminis causa del adolescente, de 15 años. Ayer, Contreras dijo en una charla con LA GACETA que la pena máxima contra el responsable del crimen le traía tranquilidad, tras los 16 meses de proceso judicial y de reclamo por “justicia”. Sin embargo, reiteró que “nada” cambiará o remediará” la ausencia de “Valiente”. “En este tiempo aprendí a valorar mucho la lucha de Santiago (Villegas, padre del chico asesinado). Le había dicho muchas veces basta, que parara un poco. Sentía que se había obsesionado. Pero ante los resultados, es evidente que ésta es la única manera de conseguir lo que uno se propone”, remarcó. Lo veía abatido y viviendo sin descanso durante los meses de reclamo, según describió la ex pareja.

CONSUELO Y LLANTO. Contreras recibe el abrazo de una amiga. CONSUELO Y LLANTO. Contreras recibe el abrazo de una amiga.

“Yo seguí todo el proceso de 16 meses con mis altibajos, con las discusiones y las peleas. Cuando pasó esto (por la muerte), es como si hubiéramos salido todos corriendo y hubiésemos chocado sin freno. Nos destruyó como familia, como personas”, añadió.

Durante el duelo

Contreras recordó que Valentín potenciaba la unión en la familia. Era la persona que unía a todos, pese a las diferencias. Pero la partida del adolescente significó un quiebre en esa convivencia, de acuerdo al relato de la madre. “Estuvimos distanciados. Sara (la hija) se vino a vivir siete meses con su papá, en Tucumán. Yo caí en una depresión muy fuerte. Primero, me cargué de trabajo. Trabajaba, trabajaba y trabajaba hasta que terminaba rendida en la cama y no tenía energía para pensar. Así cubría mis días. Pero en un momento me desplomé: sufrí depresión, lloraba y caía en un letargo. Después pedía dormir y dormir… tenía mucha tristeza y dolor”, rememoró.

Contreras hizo hincapié en que el “dolor por la muerte de Valentín se sintió física y mentalmente, y en los afectos”. “Durante la etapa de duelo, llegás a descargar el enojo en las personas que más querés. Gracias a Dios se hizo justicia. Ahora siento paz y estoy mucho más tranquila”, manifestó.

“El fallo nos unió a todos. Aunque las etapas del duelo son difíciles de llevar. No sólo sufren los padres, sino el resto de la familia. Yo me encerré en mi dolor y no pude ver, por ejemplo, que Sarita había perdido un hermano también y que me necesitaba. No pude…”, insistió.

El condenado

Respecto del ataque del 21 de octubre, la madre de la víctima expresó que sentía “una bronca incontrolable porque la muerte se podía haber evitado”. “Me quedé 21 días en la provincia esperando el expediente de Valentín (por el caso del homicidio). Cuando llegué a Cañada de Gómez me obsesioné con la instrucción. Hasta que no lo terminé de leer, entonces desde el primer cuerpo, no paré. Esta persona debía estar presa. Tenía antecedentes de robo y una probation que no se cumplió”, enfatizó.

Contreras vio por primera vez a Franco Valdez en el inicio del juicio oral. Sólo lo había visto en fotos. “Me pregunté, cuando lo vi, qué le habrían hecho a esa persona para ser así, con tanto odio hacia una criatura. Podría haberlo empujado o pegarle una cachetada a mi hijo, no matarlo”, manifestó.

Además, dijo que no creía en el pedido de perdón del condenado. “Lo hubiese hecho al principio y no habría dicho que no se acordaba antes”, finalizó, respecto del arrepentimiento de Valdez.

“Me lo arrancaron”

Contreras había abierto en Cañada de Gómez un “delivery” de comida. “Me estaba yendo bien. Pero luego no pude seguir trabajando. Me resultaba imposible, la mente se me iba. Me quedaba fija la mirada de Valentín, la última foto. Me preguntaba si en su último momento de vida habría pensado en mí”, expresó la mujer. “Me quedó mucho amor para darle”, finalizó.

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