23 Febrero 2020
El homicidio de Fernando Báez Sosa, crimen ocurrido en Villa Gesell el 18 de enero, trajo a debate público algunas cuestiones fundamentales para la sociedad, como lo son las prácticas deportivas y sus rituales, y el consumo de alcohol de manera excesiva. En la localidad veraniega, la tristeza y la preocupación se extendieron en todo el país ante el hecho, por el cual están detenidos ocho acusados por el asesinato y se investiga si otros jóvenes rugbistas estuvieron implicados en la golpiza y posterior muerte de Báez Sosa.
Más allá de esos temas de debate, en Tucumán específicamente se abrió la posibilidad de encarar otra discusión: cómo adultos, jóvenes y niños naturalizan el consumo de alcohol desde temprana edad o de manera excesiva. Ramiro Hernández, quien está a la cabeza del Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones de la UNT (PUNA), sostiene que es tener una visión reduccionista al analizar el homicidio del joven en Villa Gesell sólo desde el punto de vista del rugby. “Nosotros tenemos un gran problema que es el alcohol. Somos el país con mayor consumo en América latina, la edad de inicio de consumo bajó a 13 años y hay una tendencia mundial de alza del consumo de las mujeres. La tolerancia en la familia y social por el consumo es enorme y falta compromiso de los padres, que no ponen límites a sus hijos”, aseveró entrevistado en LA GACETA Play. Según datos del titular del PUNA, el 50% de los chicos de entre 13 y 19 años consumen alcohol de manera regular.
El alcohol es la droga que mayor tolerancia social posee e impide que se tome con magnitud la problemática y se advierta, principalmente a los jóvenes, los riesgos que trae aparejado el consumo excesivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que cada año se producen tres millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,3% de todas las defunciones. El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. La OMS añade que el consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad relativamente temprana. En el grupo etario de 20 a 39 años, un 13,5% de las defunciones son atribuibles al consumo de alcohol. También que existe una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y una serie de trastornos mentales y comportamentales, además de las enfermedades no transmisibles y los traumatismos. Más allá de las consecuencias sanitarias, el consumo nocivo de alcohol provoca pérdidas sociales y económicas importantes, tanto para las personas como para la sociedad en su conjunto.
¿Por qué, entonces, no se pone el foco en el consumo excesivo de alcohol en vez de hacer hincapié -en este caso- sólo en un deporte? El ex Puma Julio Farías dijo que el rugby da una formación física privilegiada, pero que sus principios no están relacionados con la violencia y que, de hecho, cada vez está más penalizada no tan solo en Argentina, sino también a nivel mundial. “Para mí, esos chicos no son rugbistas, porque no respetaron los códigos del deporte”, aseveró también en LA GACETA Play.
Sería bueno que desde el Estado se planteen acciones concretas y se destine más presupuesto para concientizar y educar sobre el consumo del alcohol. Y que como sociedad se reflexione sobre una mal naturalizada práctica social, que puede provocar desde tragedias hasta complicaciones personales.
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