Días decisivos para Macron y la reforma del Estado galo

Días decisivos para Macron y la reforma del Estado galo

Los gremios rechazan cambios previsionales. El Gobierno propone unificar el mecanismo de jubilaciones (hay 42 regímenes) en un “sistema universal”. Según los sindicatos, se quiere liquidar el paradigma “solidario”.

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08 Diciembre 2019

PARIS.- El tercer día consecutivo de marchas contra la reforma de jubilaciones que quiere llevar adelante el gobierno del presidente de Francia, Emmanuel Macron, mantuvo ayer cuasi paralizado al país, con huelgas de trenes y subtes, en medio de un enfrentamiento entre el Gobierno y los sindicatos.

“Hemos dado un gran golpe, estamos generando una dinámica”, afirmó el líder del sindicato Fuerza Obrera (FO), Yves Veyrier, poco antes de ingresar a una reunión en la que se convocó a una nueva movilización en las calles de Francia el martes próximo.

La primera manifestación, el jueves, congregó a unas 800.000 personas en todo el país, un número que superó las expectativas de las organizadores. Precisamente, ellos destacaron que su masividad superó los movimientos sociales de 1995, de 2003 y de 2010.

La resistencia

Los que marchan rechazan una reforma de jubilaciones que propone un “sistema universal” que reemplace a los actuales 42 regímenes de jubilación existentes.

Macron promete que se trata de un régimen más justo, pero casi todos los sindicatos de trabajadores y la izquierda temen que se trate de una precarización de los jubilados encubierta bajo una supuesta modernización del sistema.

Es un tema muy sensible y los opositores más radicales están preparados para hacer durar la movilización el tiempo que haga falta y a paralizar el país, como ya ocurrió en diciembre de 1995.

Ese año, la huelga duró tres semanas y obligó al Gobierno a dar marcha atrás.

Clima enrarecido

Para el propio presidente Macron, que se ha puesto como objetivo de su mandato la “transformación” del país, se anuncian días tan complicados como decisivos en este final de año.

El contexto social ya se encuentra muy tenso en Francia, convulsionada desde hace más de un año con las movilizaciones del inorgánico, pero multitudinario, movimiento de los “chalecos amarillos”, a la que se suma el descontento en hospitales y prisiones, así como también entre los docentes, ferroviarios, agricultores y policías.

Además, la huelga genera enojo en los usuarios del transporte público, en particular en las grandes urbes como la región de París.

Sin confrontación

El proyecto de reforma completo aún no se conoce. El primer ministro, Edouard Philippe, prometió que el miércoles dará a conocer el texto completo y aseguró que no tiene una “lógica de confrontación”.

Sin embargo, los líderes de las principales centrales sindicales desconfían de las intenciones del Gobierno. E insisten con que sólo se busca acaba con el régimen de jubilaciones solidario para remplazarlo por un sistema individualizado, donde la mayoría de los trabajadores saldrá perdiendo.

La parálisis

La huelga de transporte público continuó ayer y se mantendrá durante todo el día de hoy, a menos de 20 días de las fiestas de Fin de Año, así que se esperan complicaciones para circular, informó la agencia Europa Press.

Nueve de las 15 líneas de metro de París estuvieron totalmente cerradas ayer, y en los demás ramales se observó un tráfico muy limitado.

La compañía nacional de ferrocarriles, SNCF, recomendó a los usuarios evitar el uso de los trenes suburbanos o para distancias cortas, ya que las estaciones pueden volverse peligrosas por la gran afluencia de gente.

El transporte aéreo funcionó mejor durante la jornada sabatina en comparación con el jueves y el viernes. Sólo se produjeron unos pocos retrasos, sin mayores inconvenientes, informó la Dirección General de la Aviación Civil. (Télam)

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