La II Subasta de Arte, Letras y Objetos con Alma tiene rostro de niño

Al mejor estilo de las grandes subastas de arte de las capitales, Tucumán hace camino en el Norte del país con su segunda experiencia. La II Subasta de Arte, Letras y Objetos con Alma, que organiza la Fundación para Albergues Infantiles (FAI) convoca a coleccionistas de todo el país, que el año pasado pasaron por la muestra y se fueron sorprendidos por el nivel de las firmas. Los cuadros y los objetos con alma (de gran valor histórico) serán expuestos el martes y el miércoles, de 18 a 21.30, y el jueves, de 18 a 20, en el Sheraton, avenida Soldati y Haití. El martillo se bajará el jueves a las 20.30 y será responsabilidad de Sergio Salinas. 

El curador de la muestra, Segundo Ramos, seleccionó 39 lotes, entre ellos, 35 pinturas de grandes artistas de la región y del país; y tres manuscritos como una carta de Julio Argentino Roca, en la que habla de los Ferrocarriles, y otra de Justo José de Urquiza de 1860. También se remata un curioso álbum de fotografías que perteneció al ex gobernador de Miguel Campero, con 48 gelatinas de plata. Las imágenes reproducen la visita a Tucumán del futuro Papa Pío XII, cuando todavía era el cardenal Eugenio Pacelli, en oportunidad del XXXII Congreso Eucarístico Internacional de 1934, en Buenos Aires. Las crónicas de la época daban cuenta de que fue la concentración humana más importante de la historia argentina, hasta ese momento.

Entre las firmas de los pintores se destacan Lino Spilimbergo, Quinquela Martín, Timoteo Navarro, Ezequiel Linares, José Nieto Palacios, Bruno Venier, Carlos Alonso, Egidio Cerrito, Osman Páez, Víctor Quiroga, Medardo Pantoja, Leopoldo Presas, Juan Carlos Castagnino, Demetrio Iramain, Juan Carlos Iramain y Daniel Ruiz Holgado, entre otros. Las bases de los lotes fueron fijadas en pesos.

Tan importantes como los recursos, son brazos para sostener las obras que FAI desarrolla hace 27 años. Unos 20 chicos en edad escolar viven de lunes a viernes en el hogar de Buenos Aires al 855, mientras estudian y aprenden oficios. Los fines de semana vuelven a sus casas. En Lules, sostienen un centro comunitario con un comedor para 80 chicos y talleres, para ellos y sus madres. “Tenemos biblioteca y apoyo escolar. En Lules contamos, además, con talleres de bordado mexicano y bijou para las madres, y computación. dibujo y apoyo escolar para chicos. También los preparamos para la Primera Comunión”, cuenta María Lilia Peña, de FAI.

FAI recauda fondos a través de tres actividades anuales: Artmirar, que conjuga arte, diseño, decoración y estilo; la ya tradicional Feria de Arte y Antigüedades, que convoca a coleccionistas de todo el país, y la subasta. Además se venden las tarjetas de Navidad que se imprimen a partir de dibujos que realizan los niños durante todo el año en el taller de tarjetería. Se venden en FAI y a la entrada de la galería LA GACETA. Pero todo esfuerzo es poco. FAI costea los gastos de los 20 chicos que van a la escuela (algunos a colegios privados y a inglés), al médico, al dentista ... No todo es dinero. Hacen falta brazos para llevar a un niño al hospital, para leerles un cuento, para ayudarlos con deberes, en tareas administrativas o simplemente para darles un abrazo. A veces una hora a la semana puede llenar un vacío de toda una vida.