Adiós a Cacho Castaña: “murió a los 77 años, pero vivió como 150”

Adiós a Cacho Castaña: “murió a los 77 años, pero vivió como 150”

Tangueros tucumanos lo despiden. “Café La Humedad” y “Garganta con arena” son las composiciones más elegidas por los artistas.

SHOW EN TUCUMÁN. Cacho Castaña se presentó en 2013 en el club Central Córdoba para desplegar sus éxitos. SHOW EN TUCUMÁN. Cacho Castaña se presentó en 2013 en el club Central Córdoba para desplegar sus éxitos.
16 Octubre 2019

Todas las generaciones se sumaron ayer en la despedida a Cacho Castaña, el intérprete y compositor de música ciudadana, que dejó tangos y canciones que forman parte del acervo popular. Clásicos de toda milonga que se precie de tal, “Garganta con arena” y “Café La Humedad” fueron los dos temas más mencionados por los tangueros tucumanos consultados por LA GACETA sobre el legado del artista muerto ayer a los 77 años. La lista restante es amplia: “Para vivir”, “Espalda con espalda”, “Qué tango hay que cantar”, “La Gata Varela”, “Por esa puta costumbre” y “Soy un tango así” figuran entre los otros elegidos.

“Es una pérdida terrible para nuestra cultura, tanto como poeta, como músico y, sobre todo, como intérprete -afirmó la cantante Patricia Juárez-. Hizo al tango caminar por lo popular y que le guste tanto a los pequeños como a los grandes. Su capacidad fue tal que pasó de lo melódico y del rock al tango. ‘Al tango se lo dice, no se lo canta’ y ‘con punto y coma’ son dos de las ideas que tomo como enseñanza de Cacho y de Roberto Goyeneche, otro grande de la interpretación”.

Grillo Córdoba definió en una idea la intensidad que personificaba Castaña: “murió a los 77 años, pero vivió como 150”. “Para mí fue quien, después de Julio Sosa, le dió un nuevo envión al tango cuando incorporó una nueva instrumentación y hasta una forma particular de cantar, sin tanta técnica pero con mucho sentimiento sobre el escenario -agregó-. Sin duda su falta de prejuicios y su capacidad compositiva tenían una seducción especial y en cierta forma fue a ocupar en el corazón de las ‘nenas’ el lugar que dejó vacante la partida de Sandro”. A la nómina de sus temas sumó uno de los más controvertidos: “Ojalá que no puedas”.

Cacho proyectaba una imagen machista propia de otra época, que completaba con comentarios que generaron polémica y repudios de militantes feministas. “Sin duda marcó un estilo de hacer tango, aunque lamentablemente se lo recordará también por sus pensamientos misóginos y patriarcales”, reconoció Mariela Acotto, quien tuvo la oportunidad de conocerlo hace unos años en su restaurante, que precisamente se llama “Café La Humedad” (enclavado en Carlos Calvo al 2.500, Capital Federal). La vocalista tucumana destacó los aportes que dejó: “orquestalmente modernizó el género y su gran forma de cantar influyó sobre todo en los jóvenes, aunque no en mí en forma significativa; también fue un enorme poeta de nuestros tiempos, con composiciones que el público pide porque les encantan y que hay que tener en el repertorio”.

Ana Marcilla integra el proyecto Tangueando Altaneros, y consideró que Castaña “era fundamental para el tango, porque achicó la brecha de varias generaciones con sus temas, al punto que ‘Garganta con arena’ fue versionado como cumbia”. “Cacho era un gran conocedor de la noche porteña, y eso lo llevo a escribir maravillas desde muy pequeño, cuando ya demostraba que era muy talentoso... Se fue un referente de la música urbana”, subrayó.

Dentro de las nuevas generaciones, Nadia González lo aborda de un modo integral que excede el 2x4: “es una gran estrella de la cultura popular, con su participación en películas; su vida llena de amores, de odios y de polémicas; sus composiciones, sus presentaciones, sus letras y su inconfundible voz, cargada de carisma y que traslucía su buen humor, elementos que quedarán por siempre en el recuerdo de los argentinos”. “Él incidió en la forma de acercarse al tango de muchos de los jóvenes y adultos, que ya no era de generación en generación sino por encanto propio, como me pasó a mí. En su época, sus seguidoras se debatían entre el amor a Cacho o a Sandro, exponentes muy similares a Elvis Presley; lo amaban por su personalidad y le dieron a un género que tenía cada vez menos fanáticos el calor que necesitaba. Siempre quiso contar historias. Para muchos, se fue el poeta del tango”, aseguró.

Promotor de milongas y festivales, desde el sur tucumano el cantante Nelson Díaz Filipi evocó a “una de las últimas figuras sobresalientes del tango, que supo marcar un estilo que fue inspiración para las nuevas generaciones”. “Si bien en algún momento se alejó del género, con el tiempo volvió para afianzarse y ganar un lugar entre las grandes figuras contemporáneas, porque sus temas quedarán por en el corazón de la gente. En los últimos años trabajó mucho para sumar a nuevos valores y nuevas voces en su tanguería del Café La Humedad”. “Conocía de los crecientes problemas de salud de Castaña a través de un amigo común, Néstor Rolán, y tenía previsto actuar en su bar en noviembre. Es inevitable sentir tristeza cuando una estrella se apaga, cuando el tango está de luto, pero él seguramente está en la galería compartiendo escenario junto a los grandes. Es de esos artistas que nunca se olvidan”, concluyó.

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