Trasmontaña: a la medida de los bikers

Trasmontaña: a la medida de los bikers

Los competidores adaptan cada componente de sus bicicletas para tener la mayor eficiencia.

EL “ETERNAUTA”. La bici de Marcantonio tiene doble amortiguación trasera, pero la usa en modo rígido para tener tracción. la gaceta / fotos de franco vera - inés quinetros orio EL “ETERNAUTA”. La bici de Marcantonio tiene doble amortiguación trasera, pero la usa en modo rígido para tener tracción. la gaceta / fotos de franco vera - inés quinetros orio

No es sólo subirse a una bicicleta y pedalear. Correr el Trasmontaña requiere una exigencia y una preparación que va mucho más allá de lo físico. El biker que participa de una prueba de esta magnitud está en cada detalle. Desde la altura y la posición de la silleta hasta el tipo y modelo de avance (o stem); desde la presión de aire en las cubiertas hasta el tipo de agarraderas en el manubrio. La bicicleta debe adaptarse al cuerpo, y no al revés. Todo está personalizado; todo esta medido. Esta especie de corredor no deja cosas libradas al azar. Esta especie de biker no deja de propagarse y que una vez al año invade los cerros tucumanos.

“Todo tiene que ser muy personalizado, si no puede ser complicado”, define de manera tajante Hugo Marcantonio, uno de los competidores más experimentados y ganadores del evento. El “Eternauta”, que ayer se consagró -una vez más- junto a Rodolfo “Vizcacha” López, remarca que la tecnología ha evolucionado a pasos agigantados en el ciclismo. Todo el equipamiento es mucho más ligero y con mayor protección. Y dentro de tantas opciones, una clave es hacer “bike fitting”, o un análisis biomecánico con el vehículo. Esto permite poner todo a punto para tener el menor esfuerzo y la mayor eficiencia en el pedaleo, según remarca Marcantonio, de 71 años.

El catamarqueño Álvaro Macías (corrió con Fernando Contreras) cuenta que entre sus preferencias para este tipo de competencias están llevar un pequeño guardabarros plástico en la rueda delantera, para evitar salpicaduras en el rostro; un infla-sella neumaticos; y un pequeño tanque de CO2, por si debe inflar la rueda. Además, revela que lleva un pin de cadena pegado a uno de los cables de los cambios por si se corta y debe yapar.

Esta especie de biker también aprovecha la tecnología fuera de competencia. Minutos antes de su largada, José Landa y Pedro Bormida entraban en calor sobre rodillos de tres rodos. Landa detalla que este accesorio es ideal para no “quemar piernas” antes de la carrera y sostener las pulsaciones. Cuenta también que es práctico para los días de lluvia, barro o doble turno. Contó que un equipo como ese parte desde unos $ 5.000.

Los días previos a la competencia los bikers hacen una carga importante de carbohidratos con la ingesta de fideos.

Antes de largar, los competidores hacen un trabajo aeróbico para elevar sus pulsaciones e incrementar el flujo de sangre.

En competencia, es crucial una abundante hidratación. La mayoría opta por bebidas isotónicas y vitaminas diluidas.

La mayoría de los participantes optaron por geles energéticos para alimentarse durante la competencia.

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