Por Guadalupe Norte
06 Agosto 2019
PASO LIMITADO. A pesar del cierre, un ciclista avanza por San Martín al 200, donde el pavimento ya está roto. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO.-
Los bocinazos, la tierra que se levanta del pavimento recién removido y el ensordecedor ruido de las maquinarias se volvieron un nuevo complemento del paisaje urbano que devuelve la calle San Martín al 200, entre Virgen de la Merced y Monteagudo.
Allí, desde el miércoles pasado, la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) se encuentra trabajando en un proyecto de renovación cloacal. La obra tendrá por objetivo reemplazar la red de cloacas existente y dar una respuesta definitiva al continuo colapso de aguas servidas.
“La desobstrucción cloacal con camiones ya no era suficiente para darle una solución a las fallas que presenta la zona. El sistema de cañerías tiene más de 50 años y por el tiempo transcurrido ya era necesario su cambio”, explica Fernando Baratelli, titular de la institución.
Para su concreción, el proyecto fue dividido en dos etapas y tendrá una duración aproximada de un mes. Tiempo que -para los conductores y los transeúntes que caminan a diario por la calle- implica un gran inconveniente. “La duración de los trabajos es bastante lógica pero las personas sienten más el corte al ser un espacio céntrico. Las colectoras están a más de de tres metros de profundidad así que hay que estar atentos a su estabilidad y evitar dañar los otros servicios que se entrecruzan”, detalla Baratelli.
Una vez concretado este tramo la obra avanzará hasta la otra esquina: San Martín al 100, entre las calles Balcarce y Monteagudo. No obstante, en lo que dure el XXX Congreso Internacional de la Caña de Azúcar (previsto del 31 de agosto al 8 de septiembre), los arreglos serán pausados.
Entre el ruido y el olor
Para algunos comerciantes, la magnitud de los trabajos cloacales implica una merma importante de clientes debido a las dificultades de acceso a los locales y el poco espacio que queda para circular en las veredas. Hecho al que se le suma la cantidad de motos que deciden seguir su recorrido sin respetar el desvío vehicular.
“Desde que comenzaron con la obra todo el día hay un ruido ensordecedor y mucha tierra. Sumado a las dificultades de ingreso que tienen los camiones con mercadería o el transporte pesado”, comenta Roxana Villafañe, empleada de un pequeña despensa. Según detalla la vendedora, el local donde trabaja quedó totalmente inundado cuando el sumidero del baño colapsó a raíz de la obra.
“Nos matan el trabajo. El viernes, cuando arrancaron con toda la maquinaria, el olor a combustible era de terror. Incluso la trabajadora del box de un local de pagos, que está embarazada, se descompuso”, detalla Luis Hernández, encargado de un negocio de fotocopias y Quiniela emplazado en San Martín al 230. Por otra parte, según detallaron los vecinos, el reflujo de las cloacas genera problemas en al menos cuatro edificios de la cuadra.
ESQUINA COMPLICADA. Un auto avanza por Monteagudo y San Martín.-
Desvíos y bocinazos
La calle San Martín es una importante vía de acceso hacia el centro capitalino desde las localidades del este tucumano. Hasta que la obra finalice, el tránsito vehicular permanecerá cortado en su totalidad en la cuadra del 200. “Desde que esta arteria se clausuró aumentaron los embotellamientos en la calle Monteaguado y Crisóstomo Álvarez. Además, la sobrecarga de vehículos repercute en rutas próximas como la calle Córdoba, Santiago del Estero y San Lorenzo”, detalla Enrique Romero, subsecretario de Tránsito y Transporte Operativo de la Municipalidad capitalina.
A causa de esta situación, los colectivos de las líneas 6, 3, 9, 106 y 103 deben desviarse. Los choferes doblan en Entre Ríos y Crisóstomo Álvarez hacia Sáenz Peña. Por esta avenida retoman sus recorridos habituales.
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