Vargas Llosa cuestiona a Alan García más allá de la muerte

Vargas Llosa cuestiona a Alan García más allá de la muerte

El escritor y adversario político del ex mandatario peruano puso en duda su inocencia.

ENEMIGOS ÍNTIMOS. García y Vargas Llosa se “reconciliaron” para enfrentar a Ollanta Humala, en el 2006.  gec ENEMIGOS ÍNTIMOS. García y Vargas Llosa se “reconciliaron” para enfrentar a Ollanta Humala, en el 2006. gec
22 Abril 2019

LIMA, Perú.- El ex presidente de Perú Alan García, quien se suicidó para evitar ser detenido acusado de actos de corrupción, fue recordado de manera bastante crítica por el Premio Nobel de Literatura y ex candidato presidencial, Mario Vargas Llosa, en una punzante columna que publicaron distintos medios.

“Lo conocí durante la campaña electoral de 1985, por Manuel Checa Solari, un amigo común que se había empeñado en presentarnos. Era inteligente y simpático, pero algo en él me alarmó y al día siguiente fui a la televisión a decir que no votaría por él, sino por Luis Bedoya Reyes. No era rencoroso, elegido presidente, me ofreció la embajada en España, que no acepté”.

Así inicia la columna del galardonado escritor peruano, quien en 1990 enfrentó y perdió las elecciones presidenciales frente a Alberto Fujimori, publicada este domingo en diversos medios.

Vargas Llosa apunta que el primer Gobierno de García (1985-1990) “fue un desastre económico y la inflación llegó a 7.000%”; su segunda vez en el gobierno, “fue mucho mejor que el primero, aunque, por desgracia, estropeado por la corrupción, sobre todo asociada a la empresa brasileña de Odebrecht que ganó licitaciones de obras públicas muy importantes corrompiendo a altos funcionarios gubernamentales”.

El escritor reconoce que ha seguido “de muy cerca toda su trayectoria política y el protagonismo que ha tenido en los últimos 30 años de la vida pública del Perú”, con lo que pudo ver que Alan García “era más inteligente que el promedio de quienes en mi país se dedican a hacer política, con bastantes lecturas, y un orador fuera de lo común”.

A continuación, hace una crítica demoledora: “¿Fue un político honesto, comparable a un José Luis Bustamante y Rivero o a Fernando Belaúnde Terry, dos presidentes que salieron de Palacio de Gobierno más pobres de lo que entraron? Yo creo sinceramente que no”.

“Lo digo con tristeza porque, pese a que fuimos adversarios, no hay duda que había en él rasgos excepcionales como su carisma y energía a prueba de fuego”, manifiesta.

“Mucho me temo -afirma Vargas Llosa- que participaba de esa falta de escrúpulos, de esa tolerancia con los abusos y excesos tan extendidos entre los dirigentes de América Latina que llegan al poder y se sienten autorizados a disponer de los bienes públicos como si fueran suyos, o, lo que es mucho peor, a hacer negocios privados aunque con ello violenten las leyes y traicionen la confianza depositada en ellos por los electores”.

El novelista especula con que “el pistoletazo con el que Alan García se voló los sesos pudiera querer decir que se sentía injustamente asediado por la justicia, pero, también, que quería que aquel estruendo y la sangre derramada corrigieran un pasado que lo atormentaba y que volvía para tomarle cuentas”. (Télam)

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