La Iglesia y China firman un acuerdo histórico

VATICANO.-El papa Francisco reconoció a siete obispos en funciones y a uno fallecido nombrados por China que hasta ayer no eran admitidos “de forma oficial” por la Santa Sede, según informó el Vaticano. Francisco tomó esta decisión al calor de un acuerdo histórico provisional sobre la designación de los obispos alcanzado este sábado entre esos dos Estados, que no tenían relaciones diplomáticas desde 1951.

Según la nota oficial del Vaticano, los obispos chinos oficializados son Giuseppe Guo Jincai, Giuseppe Huang Bingzhang, Paolo Lei Shiyin, Giuseppe Liu Xinhong, Giuseppe Ma Yinglin, Giuseppe Yue Fusheng y Vincenzo Zhan Silu. A ellos se suma Antonio Tu Shihua, que falleció el 4 de enero de 2017, y quien antes de morir había expresado el deseo de que haya una reconciliación entre China y el Vaticano.

“El papa Francisco desea que con las decisiones tomadas se pueda iniciar un nuevo camino que permita superar las heridas del pasado, realizando la plena comunión de todos los católicos chinos”, indicó el comunicado de la Santa Sede. Previamente, el Vaticano informó que había firmado con China firmaron este sábado en Pekín un acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos, principal motivo de conflicto entre ambas partes. El acuerdo fue rubricado por el subsecretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, Antoine Camilleri, y el viceministro de Relaciones Exteriores de la República Popular de China, Wang Chao.

Greg Burke, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, manifestó que se trata de un pacto provisional que “no es el final del proceso”, pero sí “el inicio” de un camino hacia la futura normalización de las relaciones bilaterales. “Se ha alcanzado con diálogo y escucha paciente de ambas partes aún cuando tenemos puntos de vista muy diversos. El objetivo del acuerdo no es político sino pastoral porque permitirá a los fieles tener obispos que están en comunión con Roma y que, al mismo tiempo, son reconocidos por las autoridades chinas”, explicó Burke en un comunicado.

Los obispos chinos readmitidos “a la plena comunión eclesial” habían sido ordenados sin mandato pontificio. Por esta razón, ejercían su función religiosa de manera “extraoficial”. Fue una forma de subsistencia del catolicismo en China luego que ese país y la Santa Sede rompieran el vínculo. Ello sucedió tras la Segunda Guerra Mundial, cuando China adoptó el régimen comunista. La agencia Vatican News recordó ayer que las nuevas autoridades políticas expulsaron a monseñor Antonio Riberi, representante pontificio, luego de que el Santo Oficio condenara al comunismo. En 1955, el obispo de Shanghai, Ignatius Gong Pinmei, y muchos otros fueron arrestados. A partir de 1957, comienza la costumbre de ordenar obispos chinos sin la autorización papal, situación que el Vaticano consideró “ilegítima pero válida”.

La situación de los creyentes de China empeoró hacia 1966, cuando Mao Zedong inició la Revolución Cultural que prohibió toda actividad religiosa. Pero hacia finales de los años 70 comienzan los acercamientos entre el Vaticano y los líderes comunistas. Juan Pablo II inició ese camino no exento de tensiones y Benedicto XVI lo continuó. Pero fue Francisco quien coronó la política de sus antecesores con un acuerdo que será considerado “un éxito diplomático” de su pontificado. (Especial)