El camino a la entrada de la cueva tailandesa es “brutal”

El camino a la entrada de la cueva tailandesa es “brutal”

Un buzo murió cuando volvía de dejar bombonas de oxígeno a los niños atrapados. Los rescatistas necesitan seis horas para llegar hasta el lugar donde está refugiado el grupo. Son optimistas, pese a todo.

CONTRARRELOJ. Los rescatistas trabajan sin descanso para buscar una forma de sacar a los niños.  Reuters CONTRARRELOJ. Los rescatistas trabajan sin descanso para buscar una forma de sacar a los niños. Reuters
07 Julio 2018

CHIANG RAI, Tailandia.- Un dramático revés sufrieron los trabajos de rescate del grupo de adolescentes y su entrenador en Tailandia cuando un buzo de 38 años murió al agotarse el oxígeno de su bombona durante las operaciones para sacar al grupo atrapado en la cueva.

A pesar de la tragedia que se llevó la vida de Samarn Kunan, ocurrida ayer a la madrugada, los buzos extranjeros en el lugar se mostraron optimistas de que podrán sacar con vida a los 12 muchachos y a su entrenador.

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“Salir buceando de la cueva sigue siendo una opción”, dijo el danés Ivan Karadzic pese a que, según admitió, el camino es “enrevesado y brutal”.

Son 11 horas para recorrer el trayecto de ida y vuelta a donde se encuentran los 12 niños y su entrenador atrapados dentro de la cueva inundada Tham Luang. La ruta está llena de dificultades.

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Sin visibilidad, con desniveles, muy estrecha en algunos puntos, apenas hay descansos posibles. “Es un viaje agotador”, explica Karadzic, de 44 años, uno de los buzos voluntarios que participa en las operaciones de rescate.

La muerte de uno de ellos ha puesto en evidencia hasta qué punto el camino es traicionero, incluso para profesionales experimentados.

Kunan, de 38 años, un ex miembro de las fuerzas de élite de la Marina de Tailandia, perdió el conocimiento cuando regresaba de colocar bombonas de oxígeno en la cueva. Las causas del accidente se desconocen: podría ser que la bombona no funcionase correctamente o que se le agotara el oxígeno.

Su muerte hizo aumentar la preocupación de que también se pueda agotar el aire que respiran los niños, de entre 11 y 16 años, y su entrenador, de 25, atrapados en la cueva.

El contenido de oxígeno en la cámara en la que el grupo se encuentra es de un 15% actualmente, por debajo del 20% habitual, informó Chalongchai Chaiyakam, general del Ejército tailandés que participa en el operativo de rescate.

Esa es la razón por la que los rescatistas quieren hacer llegar oxígeno al lugar donde los muchachos se resguardaron de una rápida crecida del agua en la cueva. Para ello intentan introducir un tubo de unos 4,7 kilómetros de largo hasta el lugar donde están los jóvenes.

El camino hasta la salida pasa por zonas oscuras, otras anegadas y puede durar hasta unas cinco horas. Se avanzó con el drenaje de agua de la cueva, dijo Karadzic, pero muchos puntos siguen suponiendo un desafío. Un problema adicional es la temperatura del agua. Con 20 grados, es lo suficientemente fría como para sufrir hipotermia, incluso con trajes de neopreno”.

Los jóvenes ya han recibido las primeras lecciones de buceo para intentar la salida acompañados de un experto.

El grupo lleva casi dos semanas atrapado en la cueva, en un espacio estrecho, húmedo y oscuro. El rescate podría haber comenzado ayer, pero los jóvenes todavía están demasiado débiles para intentarlo. (DPA)

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