El público de Atlético demostró que los hinchas sí ganan partidos

1/22 LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA

2/22 LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

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5/22 LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI

6/22 Leo Ramos, entrenador de Peñarol. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI

7/22 Ricardo Zielinski, entrenador de Atlético. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

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11/22 Mathías Corujo se retiró lesionado en los meniscos de su rodilla derecha. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI

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La hinchada entendió que debía aportar para que su equipo sumara puntos claves y fue fundamental en la victoria.
¿Alguna vez se preguntó que porcentaje tienen los hinchas en una victoria de su equipo? Más allá de que al fútbol se juega 11 contra 11 y muchos se esmeran en espetar que “los de afuera son de palo”, hay ocasiones en la que los hinchas también aportan para que un equipo saque un buen resultado.
El golazo de Leandro Díaz, cuadro por cuadro
Anoche, Atlético jugaba quizás el partido más importante de los últimos tiempos. Debía ganar para quedar a un paso de llegar a octavos de final, algo que sería el broche de oro para unos años en los que la alegría casi que cambió de domicilio a 25 de Mayo y Chile.
ÉXTASIS. Los hinchas desataron la fiesta tras la importantísima victoria de ayer. LA GACETA/FOTO DE ANTONIO FERRONI
El “Decano” necesitaba sumar de a tres y sus hinchas entendieron que debían jugar su propio partido, en las tribunas alentando por momentos, metiendo presión en otros y asfixiando a un “Carbonero” mañero cuando la situación lo ameritaba.
Sí, Atlético comenzó a gestar un triunfo épico mucho antes de saltar al campo de juego o de que Sandro Ricci pitara el inició del duelo. Y que Leandro Díaz haya marcado el único tanto, si bien es un dato fundamental para que los dirigidos Ricardo Zielinski sumaran tres puntos de oro, resulta algo secundario para el “aguante” que bajó desde las gradas.
En este tipo de “finales” el hincha debe hacer lo que hizo el hincha de Atlético. Alentar, empujar, reclamar con mucho énfasis cada fallo polémico, silbar estruendosamente cada vez que el rival tiene la pelota. Con ese plus la balanza comienza a caer para un lado casi por inercia.
COTILLÓN. Algunas banderas celestes y otras blancas, decoraron las gradas. LA GACETA/FOTO DE ANTONIO FERRONI
El local, en este caso el equipo apoyado por su gente, se agranda y empuja a un huésped apichonado que cuenta los segundos esperando que llegue el final para poder llevarse aunque sea una unidad a su casa.
Pero el público que asistió anoche al “Monumental” entendió cómo jugar este partido. Fue un planteo “táctico” perfecto el del público, que no se conformó con el 1-0 logrado por Díaz en el inicio del complemento, e instó a los suyos a ir por más.
El “Decano” logró una victoria clave, tremenda, inmensa en sus aspiraciones por lograr su primera llegada a los playoffs de la Copa Libertadores y lo hizo gracias a una hinchada que supo cómo jugar el duelo, cuando alentar, cómo protestar fallos y cuándo amedrentar a un equipo que dejó de ser copero hace rato.
Sí, los hinchas también ganan partidos y un ejemplo claro fue lo que pasó anoche en el Monumental.
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