Atlético convirtió un solo tanto en los últimos cuatro partidos y así se hace muy difícil

El entrenador probó con cinco delanteros sin conseguir los resultados esperados.

NO FUE EL SALVADOR. Díaz mostró cosas interesantes en sus dos partidos pero aún no pudo convertir en Atlético. la gaceta / foto de DIEGO ARÁOZ NO FUE EL SALVADOR. Díaz mostró cosas interesantes en sus dos partidos pero aún no pudo convertir en Atlético. la gaceta / foto de DIEGO ARÁOZ

Las últimas películas que viene dirigiendo Ricardo Zielinski fueron previsibles. Como fieles espectadores de lo que pone en cancha, podemos decir que ante Libertad, la trama nos llevó al mismo final que vimos en sus anteriores tres en el Monumental: sin goles a favor.

Nadie puede decirle que no ha probado con distintos actores: Mauricio Affonso (seis partidos jugados en el año), Luis Rodríguez (5), Javier Toledo (5), Leandro Díaz (2) e Ismael Blanco (1) fueron los que usó en el área contraria durante todo 2018. En los primeros cuatro partidos no pareció sufrirlo: marcó siete goles. En los siguientes cuatro, apenas uno, que llegó con mucha suerte, en el partido contra Talleres.

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Las combinaciones que intentó Zielinski para hacer las duplas fueron múltiples y ahora parece no funcionar ninguna. Incluso ese solitario gol en el último mes lo convirtió jugando con un sistema que incluía a un solo delantero. Una contradicción lo suficientemente fuerte como para detenerse en una realidad complicada: el equipo no puede hacer un gol.

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El estudio de los números termina en los delanteros, pero debería empezar un poco más atrás. Precisamente en la zona que ocupan David Barbona y Favio Álvarez, los encargados de generar fútbol, algo que no estaría sucediendo.

Con ambos en bajo nivel, Rodrigo Aliendro tomó la posta (como ya nos tiene acostumbrados) y no solo produce varias de las pocas situaciones de gol que tiene el equipo sino que terminó haciendo el único gol en las últimas semanas de fútbol de Atlético.

Ayer, Barbona y Álvarez parecían querer entrar al área a puro toque y dejaban la sensación de que había siempre un pase de más. En otros momentos, hicieron la individual cuando tenían el pase marcado. Otra contradicción que tiene que ver con la sequía del equipo.

La jugada más clara de todo el partido llegó tarde y con el partido 0-2. Affonso recibió de Favio, quedó solo con el arquero Muñoz, y cuando parecía que iba a haber un final diferente a las anteriores películas, no sucedió. El delantero apuntó al pecho del arquero y el mismo final de siempre: sin gol.

Jonás Romero, el juvenil, es el único delantero que aún no tiene una chance, pero la solución no parece estar allí y menos en este momento, para un chico menor de 20 años.

La solución sigue estando en los jugadores ya nombrados pero modificando la manera de generar las situaciones y de terminarlas. En frente, estará Boca, uno de los equipos menos goleados de la Superliga. En algún momento el final de la película de Atlético debe cambiar. ¿Será el domingo?

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