Según un sitio de citas, las mujeres argentinas son las más encaradoras de América latina

> Los principales motivos de la infidelidad femenina 

67% por la monotonía de la relación
43% por el deseo de recuperar la ilusión del enamoramiento
30% por falta de satisfacción sexual y ganas de cumplir sus fantasías sexuales con otra persona
17% por evitar un divorcio o separación

> Si hablamos de igualdad, las mujeres están alcanzando a los hombres en infidelidad
En Second Love, un sitio especializado en vincular personas que buscan una relación extramatrimonial, observan que ha crecido enormemente el grupo  de usuarias mujeres que tienen  entre 35 y 49 años. También ha crecido el grupo de entre 49 y 55 años, tanto de hombres como de mujeres, con lo que se animan a concluir que esa es la edad en la que más se cometen infidelidades. Además, de acuerdo con una investigación que realizó el Centro de opinión e Investigación de EEUU, citado también por Second Love, las mujeres heterosexuales engañan un 40% más que en la década del 90, y se acercan a toda velocidad a igualar a los hombres en infidelidades. El sitio de citas realizó una encuesta entre sus usuarias para conocer los principales motivos de la infidelidad femenina.

“A los 19 años tuve mi primer boliche, La Barraca (un clásico de la Yerba Buena de fines de los 90, principios del 2000), y desde entonces siempre estuve vinculado a la noche. Pero lo que veo hace un par de años no lo había visto nunca: era impensable que una chica encare a un varón, era algo muy raro que pase”.

La apreciación de Gastón Castellote ahora tiene un sustento estadístico. Según los datos de un sitio de citas, las mujeres argentinas son las más “encaradoras” de la región. Y si bien estos números se ciñen al mundo virtual, en el cara a cara también hay una correlación. Castellote tiene 36 años y sigue vinculado a los boliches, sobre todo a uno que ya empieza a perfilarse como un clásico, donde los fines de semana bailan principalmente solteras y solteros. Y toda la gama que hay entre ellos y los casados.

“En todos estos años he visto diferentes generaciones, y hoy es impresionante el cambio. Las redes sociales claramente ablandaron el tema, han hecho que las mujeres cambien muchísimo. Las más chicas, de 20 en adelante, no tienen problema de acercarse a un chico, pedirle el Instagram o el Facebook y comenzar todo por ahí. Las mujeres de 35 a 49 también encaran, y si lo hacen virtualmente es más en las redes de levante”, detalló.

Palo y la bolsa

El dato de que las mujeres argentinas son las que más encaran de toda Latinoamérica pertenece a Second Love, un sitio de encuentros heterosexuales que pone en contacto mujeres y hombres comprometidos para vivir una aventura o un segundo amor, como indica su nombre.

“En todos los países del mundo en donde Second Love tiene presencia se mantiene la misma premisa: la mayoría de los usuarios son hombres y son ellos los que dan el primer paso en contactarse y conquistar a una mujer. Sin embargo, las argentinas son las únicas que se animan a tomar la iniciativa y contactan a los usuarios cuyo perfil les resulta interesante o si el hombre les parece atractivo”, dice el informe difundido por la empresa. Los países en los que se funciona ese servicio son España, Portugal e Italia, y también en América en Argentina, México, Chile, Uruguay, Colombia y Estados Unidos. Es un servicio pago y la membresía mensual en nuestro país asciende a los $ 730.

Cómo reaccionan ellos

La psicóloga tucumana Carmina Varela sostiene que es real que las mujeres de todas las edades -cada una a su modo y con sus búsquedas propias- ahora se animan más a encarar a los hombres cuando se sienten atraídas. “Pero lo más interesante de este cambio es pensar qué les está pasando a los varones cuando los vienen a encarar. Algunos se desconciertan, otros tienen ciertos prejuicios... pero lo cierto es que construye un nuevo espacio para los hombres, un terreno donde son ellos los seducidos, y es un lugar en el que muchos todavía no saben cómo jugar”, analiza la profesional.

Varela, como Castellote, distingue también los distintos rangos etarios en estos temas. “Lo que en otras épocas para los adolescentes era darse un beso, como un gran logro de una noche, ahora es directamente el sexo. Eso, por un lado, está bien, porque habla de que han caído prejuicios, inhibiciones y represiones que no hacen nada bien. Pero también es un signo de alerta, porque un adolescente, sobre todo las chicas, pueden no ser muy conscientes de lo que están haciendo y hacerlo ‘porque sí’, lo que genera conflictos también. No es algo para tomar tan a la ligera si es que hay una desconexión entre el pensar, el sentir y el hacer. Además, se corre el riesgo de que los vínculos se vacíen de contenido”, advierte.

Las mujeres de 20 a 30, sostiene la psicóloga, avanzan en un terreno que era casi exclusivo de los hombres, que es el de tener relaciones sexuales sin otra búsqueda que eso. Y ahí muchos hombres llegan a desconcertarse: “es muy loco, porque muchas veces ambos tienen las mismas intenciones, sexo y nada más, pero siempre se buscó que no fuera tan literal, al menos las mujeres buscaban eso. Cuando empieza a cambiar la cosa, los varones pueden terminar sorprendidos”.

Por último, las mujeres que se acercan a los 50, en general, buscan más una compañía, conversar, un compañero antes que una aventura meramente sexual. Y ahí los sitios de citas online ayudan bastante. “Ayudan sobre todo a superar esa primera barrera que es conocerse, encararse. Y de ahí comienzan las charlas. Para muchos hombres es algo nuevo, porque de repente se encuentran chateando con una desconocida, contándole sus problemas, algo que no siempre logran hacer con los amigos”, destaca.

Varela insiste en la curiosidad de saber cómo se va a reordenar este bolillero que sigue girando, con un montón de hombres en el papel de seducidos adentro y no siempre pudiendo manejarlo. “Todavía pasa que hombres terminan teniendo sexo con una mujer que no les gusta, pero porque ella lo ha encarado y ellos no pueden decir que no porque ¿cómo te vas a negar?... -sostiene-. Hay prejuicios que siguen operando, entonces es un terreno en el que rodavía hay más preguntas que respuestas”.