Perú, esa piedra en el zapato

Perú, esa piedra en el zapato

UN MAL RECUERDO. Reyna no lo dejó jugar a Diego. ¿Harán lo mismo con Messi? UN MAL RECUERDO. Reyna no lo dejó jugar a Diego. ¿Harán lo mismo con Messi?

Perú. Otra vez Perú. La semana pasada recordamos ya el partido que todos citan desde hace semanas. El 2-2 de 1969 de La Bombonera que dejó a la Argentina afuera de México 70. Hay más. Porque los duelos con Perú son acaso los que han dejado más historia caliente para la Selección en Sudamérica fuera de los clásicos contra Brasil y Uruguay y del morbo eterno que provocó el 5-0 de 1993 de Colombia, en el Monumental. Perú nos hace recordar también el 6-0 polémico de Argentina 78. Nos hace recordar al doble duelo de eliminatoria de 1985: a Luis Reyna pegado a Diego Maradona en Lima y a la corajeada de Daniel Passarella con gol de Ricardo Gareca, en el Monumental. Al gol agónico de Martín Palermo bajo la lluvia y en offside de 2009. Y, otro partido que casi nadie cita, al de 1964 en Lima, que provocó la mayor cantidad de muertes que recuerde el fútbol dentro de un estadio.

Fue en un torneo preolímpico jugado en la capital peruana para clasificar a los Juegos de Tokio 64. Argentina ganaba 1-0 con gol de Néstor Manfredi, a los 63’. Perú estaba obligado al triunfo. El árbitro uruguayo Angel Pazos le anuló un gol a los 80’, argumentando supuesta jugada peligrosa de Víctor “Kilo” Lobatón. Fue el inicio de la tragedia del 24 de mayo de 1964, en un Estadio Nacional colmado por 47.000 personas. Héctor Chumpitaz, Guillermo La Rosa y Lobatón eran los más conocidos en Perú. Agustín Cejas y Roberto Perfumo, en Argentina, que venía de cuatro victorias y se clasificó a Tokio, pero quedó rapidamente eliminada.

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En Lima, a los 85’, ya en medio de un ambiente caldeado, un hincha invadió la cancha para agredir al árbitro. La policía lo contuvo, pero el público empezó a lanzar proyectiles. Otro hincha se lanzó a la cancha y Pazos dio por terminado el partido en medio de pura silbatina, proyectiles y más invasiones. La policía respondió con perros y bombas lacrimógenas. El gas empezó a ahogar a la gente que chocó contra puertas de metal cerradas. Decenas de hinchas murieron aplastados. Siguieron incendios, saqueos y destrozos dentro y fuera del estadio y más represión policial.

Los muertos fueron más de 300. El gobierno peruano decretó siete días de duelo nacional y suspendió las garantías constitucionales por 30 días en todo el país, que además atravesaba un momento delicado, con precios que se disparaban, huelgas y descontento social, como lo recuerda el libro “El gol de la muerte”, escrito en 2014 por el periodista Efraín Rúa.

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Roberto Chale, luego gran jugador peruano, titular en el 2-2 del ’69 en La Bombonera, estuvo ese día allí. Años después fue el DT de Perú que ordenó la escandalosa persecución personal de Reyna sobre Maradona.

El DT se lo planteó al plantel y Reyna se ofreció. Llevaba seis meses sin jugar en su equipo. Perú jugó con “doble seis”. “Marcamos un gol a los 6 minutos y luego nos colgamos de los palos”. Lo dice Chale, que recuerda el triunfo en Lima y luego el empate agónico 2-2 de Buenos Aires. “Bilardo -dice Chale- salió campeón con Argentina en México, pero no pudo ganarle a Perú ni en Lima ni en Buenos Aires”. Carlos Bilardo, efectivamente, chocó contra su propia medicina.

Reyna repitió en el Monumental. Sin patadones, pero sí con manotazos y agarrones, acaso imposible en un fútbol que hoy sanciona de modo más severo a los que no dejan jugar. Claro que predomina el recuerdo del Maradona rey de México, pero lo cierto es que Diego se frustró en esos partidos contra Perú. “Nos estábamos quedando afuera del Mundial, levantábamos la cabeza y buscábamos a Diego desesperados, pero no lo encontrábamos”, me contó Jorge Valdano.

¿Qué habrá pensado Ricardo Gareca, el del gol salvador en 1985 para ir a México, y hoy DT de Perú, de los dos últimos partidos de Lionel Messi con Barcelona, anulado en ambos por inéditas marcaciones personales? ¿Habrá sido apenas un descanso de Leo después de un nuevo y formidable inicio de temporada o una caída producto de marcaciones personales que no veíamos desde hacía años y ante las que el rosarino sufrió y terminó resignado?

¿Se tentará Gareca con una marcación personal después de ver lo que sufrió Messi en esos partidos? ¿Qué sería de la Selección si Messi no aparece? ¿Aprenderá la Selección a sobreponerse a un Messi eventualmente opaco? Leo jugó en los principales escenarios del mundo y ganó casi todo. Pero el jueves, ante un Perú más modesto, estará ante uno de los principales desafíos de su carrera.

Dijimos que la historia con Perú tiene también el polémico 6-0 del Mundial 78. Si una marcación tan sucia como la de Reyna hoy es impensable, también suena impensable una eventual corrupción. La AFA arriesga mucho con el cambio a una Bombonera manchada todavía por el recuerdo del gas pimienta, pero a la que se recurre en busca de un clima más caliente, que incluye entradas para La 12, especulaciones sobre el árbitro brasileño y la presencia del presidente de la FIFA en Buenos Aires.

Todas las miradas estarán puestas en La Bombonera. Imposible imaginar una trampa. Habrá que clasificarse jugando al fútbol. En medio de tanto nerviosismo previo esa es acaso la mejor noticia.

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