Un debate que urge sobre la medicina

ENSAYO

CRECIENTE  DETERIORO DE LA CALIDAD MÉDICO ASISTENCIAL

Daniel Mirkin - (Bibliotex - Tucumán) 

Daniel Mirkin trata esta obra con el esmero necesario que requiere una demanda esencial: las enfermedades del sistema médico asistencial argentino. Y lo logra. El deterioro existe y sus enfermedades, también.

Para esta vertebral conclusión el autor recorre un camino antropocéntrico desde la ética, la filosofía, la psicología y lo político social. En este cometido trata cuestiones heterogéneas para reivindicar lo inmutable: la relación médico-paciente.

Desde esa atalaya Mirkin analiza experiencias propias. No soslaya ubicar los avances científicos y tecnológicos sometidos al servicio del paciente y del médico cuando ambos transitan los senderos sesgados y personalizados del dolor. Por eso, perfora el trasfondo de los desentendimientos entre los protagonistas constitutivos de la Medicina.

Los miedos, como generadores de situaciones conflictivas, los abusos terapéuticos, los intereses de las industrias, la praxis médica, la llamada medicina gerencial y varias otras causales del deterioro están tratados en este libro ineludible. Ineludible para pacientes, médicos, financiadores, políticos, educadores y todo aquel que, involucrado en el hacer médico, no rehuya el debate que esta obra propone.

Disentir o aprobar las opiniones de este trabajo es el desafío para curar, o al menos, morigerar esta enfermedad que nos apremia. Nada hay, desde lo humano, tan superior consigna como la de amparar la salud. En este grito se alinea esta denuncia testimonial y motivadora de Mirkin.

© LA GACETA

HUGO JAPAZE

> ENTREVISTA A DANIEL MIRKIN 

“La Medicina, manejada por los gerentes,deshumaniza la relación médico-paciente”

- ¿Por qué diagnostica un deterioro creciente de la calidad médico asistencial?

- Las evidencias de este deterioro las encontramos en las quejas de los pacientes en las salas de esperas o aquellas que aparecen en cartas de lectores en LA GACETA reclamando por las fallas de médicos, sanatorios, obras sociales y del Estado; sumado al aumento de los errores médicos y juicios de mala praxis que en su mayoría son rechazados por la Justicia.

- ¿Cuáles son las fuentes que le permitieron detectar las causas del deterioro?

- El largo recorrido profesional por el campo estatal o privado y mi paso por la auditoria del Subsidio de Salud me permitieron encontrar, bajo las alfombras, importantes nichos de corrupción en todos los componentes del quehacer medico asistencial.

- ¿En qué medida es el médico responsable de este deterioro?

- Como en todo grupo social coexisten lo médicos honestos y de los otros. También hay una mayor exigencia de atención médica de la población que incrementan las quejas muchas veces responsabilizando a los médicos, lo que encubre -por superficial- otros importantes factores que causan un injusto rechazo y violencia contra los médicos.

- ¿Hay otros factores que intervienen en el deterioro?

- Los expertos internacionales recomiendan contemplar la satisfacción del paciente y del médico, lo que no se cumple. Como ejemplo, la mayoría de los médicos no cobran el tan publicitado arancel diferencial; y además se esconde la vergonzosa retribución en mano, después de los descuentos impositivos, costos administrativos y gastos producidos por la ejecución de sus tareas.

- A su criterio, ¿qué es lo que deshumaniza la Medicina?

- El poder político-económico mundial obliga al Estado nacional a implementar normas neoliberales que lo pauperizan a favor del mercado deshumanizador. Además, las multinacionales farmacéuticas imponen precios exorbitantes a los medicamentos que van dejando a gran parte de la sociedad fuera del alcance de este bien social. Así es que, sectores pobres de la población se ven arrastrados a medicinas acientíficas. También la Medicina manejada por los gerentes deteriora la relación médico-paciente, deshumanizándola, al priorizar la rentabilidad sobre la ética.

- ¿Por qué propone el cambio del enfoque organicista?

- El viejo encuadre organicista da lugar a una creciente insatisfacción del paciente y a una sobremedicación dañosa que debe dejar paso a un paradigma psicobiosocial más enfocado en el enfermo que en la enfermedad.

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