Los actos por el 9 de Julio, un siglo atrás

Los actos por el 9 de Julio, un siglo atrás

En 1917 la conmemoración fue austera y no vinieron funcionarios nacionales. La comunidad italiana entregó una placa recordatoria con motivo del centenario.

FESTEJOS. Nuestro diario presentó a sus lectores todo lo que se realizó durante las ceremonias de 1917. FESTEJOS. Nuestro diario presentó a sus lectores todo lo que se realizó durante las ceremonias de 1917.
11 Julio 2017

Hojeando el diario

Las celebraciones por el 101° aniversario de la Independencia fueron austeras y con ausencia de figuras nacionales. Nuestras páginas destacaban que el tedeum, que se realizaba a las 13, había sido encabezado por el gobernador Juan Bautista Bascary, que estuvo acompañado de sus ministros y funcionarios de su gobierno. Bascary abrió toda una época, ya que fue el primer mandatario provincial de origen radical. Había asumido el poder el 2 de abril de aquel año como sucesor del conservador Ernesto Padilla. La situación económica era complicada y el año también se presentaba con una dura convulsión institucional. El flamante gobernador tenía una fuerte oposición conformada por grupos radicales opositores y por los conservadores, que habían formado el partido liberal.    

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En los actos por el aniversario independentista, en la Catedral, además de Bascary, estaba el intendente municipal Marcos Maciel (que había asumido en reemplazo del renunciante Emilio Terán Frías del radicalismo opositor), el rector de la Universidad Juan B. Terán, el presidente de la Corte Suprema Miguel Campero y representantes de todos los poderes del Estado. En la Casa Histórica miembros de la comunidad italiana esperaron a los representantes oficiales para donar una placa que representa su adhesión al júbilo nacional en la celebración del primer centenario de la Independencia patria. El vicecónsul italiano en la provincia, Evandro Servici al entregar la placa manifestó: en este lugar sagrado a todos los argentinos y a los extranjeros que anhelan libertad, hoy me siento honrado de entregaros la placa que ofrecieron el 9 de julio de 1916, y agregó: rendir el digno homenaje que es merecedora vuestra patria en nombre de los hijos de la bella Italia, que tanto han dado, dan y darán por vuestra mayor grandeza, por vuestra sangre, que también es la nuestra, por vuestra emancipación que no es querida como aquella de nuestra tierra. Luego los funcionarios se dirigieron a la Casa de Gobierno y desde el balcón observaron el desfile. Las tropas que participaron pertenecían al Regimiento 19 de Infantería y al V de Ingenieros, además del Cuerpo de Bomberos y los boy scouts argentinos.

Los festejos se llevaron a cabo en el Templo de la Victoria, que había sido refaccionado poco antes pero aún presentaba graves fallas estructurales. Esto obligó a demolerlo años más tarde. Desde la Catedral fueron llevadas hasta la parroquia de la Victoria las imágenes del Señor de la Salud y la Virgen de La Merced, acción supervisada por el obispo auxiliar Carlos Echenique y Altamira.

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Nuestro diario anunciaba entre otro de los actos: por primera vez en Tucumán se oyó el Himno Nacional cantado a tres voces, sin acompañamiento. Allí se destacaba: sabemos las dificultades que deben vencerse para la preparación y ejecución de tal naturaleza. Esta presentación se hizo en la Casa Histórica y estuvo a cargo de un coro de 200 voces preparado por su profesor, José Ruta, y por la profesora Clemencia Santillán. Las ceremonias no se ciñeron a los lugares oficiales sino que durante los días previos hubo actos en los diversos teatros, escuelas y salas de la provincia. También se hicieron festivales deportivos que incluyeron actividades atléticas e hípicas.

Los actos por el 9 de julio fueron una tregua para la disputa política e institucional. El enfrentamiento siguió. Llegaron a romperse las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo. Mientras el gobernador decidió suspender las sesiones de los diputados y clausurar el recinto, el Senado condenó la medida y el Ejecutivo se enfrentó contra este también. Los legisladores pidieron el juicio político del gobernador y llegaron a sesionar en casas particulares. Todo esto terminó hacia fines de diciembre con la intervención federal que estuvo a cargo de Juan Garro.

parroquia de la merced
UNA CONSTRUCCIÓN CON GRAVES FALLAS
La parroquia de La Merced presentaba hacia la época del centenario serios problemas edilicios. El edificio, que había sido construido en 1883, había perdido una de sus torres y una rajadura marcaba el frente (como se ve en la foto) a mediados de la década de 1910. En 1914 la iglesia fue clausurada y se demolió el sector frontal y buena parte de la nave. Sólo quedó en funcionamiento una pequeña área contigua al crucero, como lo presentaba un plano de consolidación levantado hacia diciembre de 1916. Los arreglos del año siguiente sirvieron para reacondicionar el Camarín para recibir a la venerada e histórica imagen de la Virgen. Como dijo al padre Villalba, en aquella ceremonia, “los católicos argentinos deberían realizar el proyecto del general Belgrano, sobre la construcción de una basílica a la Virgen de la Victoria”. Aquella iglesia finalmente fue demolida totalmente en 1927. Hubo que esperar un par de décadas para el comienzo de la construcción del nuevo templo, que se concretó gracias al aporte de un millón de pesos que hizo don Alfredo Guzmán. El 24 de septiembre de 1950 se inauguró la edificación que ocupa la esquina de Rivadavia y 24 de Septiembre.

> Parroquia de la Merced
Una construcción con graves fallas

La parroquia de La Merced presentaba hacia la época del centenario serios problemas edilicios. El edificio, que había sido construido en 1883, había perdido una de sus torres y una rajadura marcaba el frente (como se ve en la foto) a mediados de la década de 1910. En 1914 la iglesia fue clausurada y se demolió el sector frontal y buena parte de la nave. Sólo quedó en funcionamiento una pequeña área contigua al crucero, como lo presentaba un plano de consolidación levantado hacia diciembre de 1916. Los arreglos del año siguiente sirvieron para reacondicionar el Camarín para recibir a la venerada e histórica imagen de la Virgen. Como dijo al padre Villalba, en aquella ceremonia, “los católicos argentinos deberían realizar el proyecto del general Belgrano, sobre la construcción de una basílica a la Virgen de la Victoria”. Aquella iglesia finalmente fue demolida totalmente en 1927. Hubo que esperar un par de décadas para el comienzo de la construcción del nuevo templo, que se concretó gracias al aporte de un millón de pesos que hizo don Alfredo Guzmán. El 24 de septiembre de 1950 se inauguró la edificación que ocupa la esquina de Rivadavia y 24 de Septiembre.

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