Atlético: Mendoza estuvo a punto de dejar el fútbol dos veces

Atlético: Mendoza estuvo a punto de dejar el fútbol dos veces

El defensor polifuncional sufrió muchos palos en la rueda y se dedicó durante un tiempo a la albañilería.

Atlético: Mendoza estuvo a punto de dejar el fútbol dos veces
18 Septiembre 2016
Si fuera por la cantidad de palos en las ruedas que padeció su máquina mental, Javier Mendoza hoy debería ser gomero y no futbolista. De chico, de adolescente y hasta mayor de edad, el volante encontró un segundo impulso cuando los brazos comenzaban a pesarle.

Fue su padre, Jorge, quien jamás dejó caer su sueño y el de su hijo. Por eso, pasados los años Mendoza hace un mural en su honor, porque gracias a él y en complicidad con un profesor de la escuela de fútbol de Jorge Griffa, en Rosario, dejó el trabajo de albañilería que había tomado durante seis meses para volver a jugar al fútbol.

“En 2009 volví a casa a pasar las Fiestas y tuve la mala suerte de que antes de regresar a Rosario, donde me esperaba una prueba en Independiente, tuvieron que operarme de apéndice. Perdí todo: la prueba y la pretemporada. Ahí fue cuando me decidí por trabajar”, recuerda el polifuncional de Atlético, quien sorprendió de buena manera con su actuación ante Arsenal el lunes pasado.

La desgracia de Mendoza no fue nada comparada con la que vivieron sus coterráneos un mes después, en febrero de 2009. El río Tartagal desbordó hasta convertirse en un alud que arrasó con parte de la ciudad, anegándola y cobrándose vidas, además de daños materiales. Fueron momentos difíciles. Y Javier, como quien quería dar una mano sabiendo que el fútbol no era lo suyo, decidió trabajar en la construcción. “El fútbol para mí ya había pasado”, dice.

El ex jugador de Gimnasia de La Plata se medirá contra Estudiantes, en un duelo que trae miles de (malos) recuerdos a los hinchas de Atlético. “Es feo cuando te roban un partido como le pasó a Atlético en el torneo pasado. Yo lo vi y no podía creer”, dice “Pulga”, como lo conocen en la “Ciudad de las Diagonales”. Pero acá...: “na, ‘Pulga’ hay uno solo, y ese es Luis”, asume con una sonrisa Javier y nombra al Rodríguez nacido en Simoca.

Pero volvamos atrás. “Javi” pisó nuevamente una cancha con Alejandro, su hermano mayor (Gustavo, el menor, milita en Cambaceres). Jugaron seis meses en Madereros, de la Liga Departamental, para despuntar el vicio y darle el gusto a papá. Volvieron a llamar a Javier y él estaba decidido a decirle que no a Rosario, pero su padre contestó que sí.

“Llamaron a mi papá y él armó todo. Así comencé de nuevo. Me entrené una semana en Rosario, fui a Gimnasia, estuve un mes y quedé”, explica. No fue fácil. “En Quinta no jugué nada, lo tomé como un año de transición. En Cuarta fui titular todos los partidos y pensé que estaba cerca. Lamentablemente, ese año Gimnasia desciende (2010/11) y desaparece la Reserva. Yo ya era padre de Mía y mi situación no era la mejor. Subsistía con lo que me daba mi representante, no tenía contrato. Otra vez pensé en trabajar”, cuenta Javier, que hasta preparó el traje para salir a la calle. “Hice los currículums, ¡pero no tenía qué poner! Encima me pedían experiencia y no la tenía, ja”. Otro golpe.

No caerás

Si Jorge Mendoza representa el segundo corazón de Javier, desde lo profesional Pedro Troglio fue su ángel. “Con Gimnasia en la B Nacional se formó un selectivo para enfrentar a otros equipos. Un día faltó un jugador para hacer fútbol con Arsenal. Entré yo y la primera pelota que toqué la mandé a guardar. Después di dos asistencias. Fue un día inolvidable. Llegué a mi casa y me dije que no podía fallar. Debía hacerlo, por mi hija y mis viejos, que lo son todo”.

Llegó el momento del debut en Primera y de las chances de cambiar de aire, aunque todas sin suerte hasta esta del “Decano”. Otra vez palos en la rueda. Racing lo quiso, pero el “Lobo” pidió mucho dinero. Lo mismo sucedió con Pachuca, de México, al que asustaron con sus pretensiones. Y también con Panetolikos, de Grecia. “Justo salió lo de Atlético. Avisé que en Gimnasia no quería jugar, que quería venir -revela-. Esta es mi chance y quiero aprovecharla”.

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