Racing e Independiente dejaron pocas emociones

BUENOS AIRES.- A pesar de las expectativas que habían generado, los cuatro clásicos que se disputaron en la jornada de ayer terminaron en cero. Y no solo eso, sino que además hubo muy pocas emociones. En Avellaneda, Racing e Independiente no estuvieron a la altura de las expectativas generadas por el duelo barrial en sí, ni por haber sido casi con seguridad el último clásico de Diego Milito, figura y emblema del equipo local.

Ante un juego deslucido, el color se vio más que nada en las repletas tribunas de la “Academia”, que agasajaron repetidamente a Milito y estuvieron pobladas de banderas para enrostrarle al adversario histórico su participación en la Libertadores y el reciente descenso del “Rojo”.

Mientras Racing reservó algunos titulares para el partido del miércoles frente a Mineiro por la ida de los octavos de final de la Copa, Independiente aspiraba a achicar la brecha que lo separaba de Godoy Cruz y San Lorenzo en la Zona 1. Los “albicelestes” priorizaron el orden y la cautela, frente a un rival que manejo la pelota con prolijidad, asumió riesgos en ofensiva e intentó ser profundo por las bandas, aunque lo logró en contadas ocasiones.

“Sabíamos que iba a ser duro, intenso como todo clásico, y creo que si duraba dos minutos más lo podríamos haber ganado, porque en el tramo final los pasamos por arriba”, analizó Facundo Sava, entrenador de Racing.

“Nuestra intención fue ganar, pero esto es así. El primer tiempo fue bueno. Tuvimos personalidad y las situaciones más claras. Después Racing se adueñó de la pelota, tuvo chances y terminó mejor. Trabajaremos con todo para vencer el sábado a San Lorenzo”, indicó Mauricio Pellegrino, DT del “Rojo”. (Especial-DyN-Télam)