Agredieron a “Tomatito” en Andalgalá

Agredieron a “Tomatito” en Andalgalá

Hinchas de Unión Aconquija escupieron desde un ómnibus al entrenador del “Santo”.

TODOS CONTRA TODOS. Luego del gol de Toledo, los suplentes del “santo” y parte del cuerpo técnico discuten con los rivales. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (enviado especial) TODOS CONTRA TODOS. Luego del gol de Toledo, los suplentes del “santo” y parte del cuerpo técnico discuten con los rivales. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll (enviado especial)
28 Septiembre 2015
ANDALGALÁ (Miguel Décima, enviado especial de LG Deportiva).- A pesar de que en el campo de juego los protagonistas hablaron más de lo que jugaron, nada hacía presagiar que podían registrarse incidentes. Lo cierto es que el ambiente estaba caldeado y todo explotó luego del tanto de Alejandro Toledo. Cuando Federico Guaymás Tornero convalidó el tanto, los jugadores de San Martín y el cuerpo técnico se le fueron encima al juez de línea Jorge Royano, que marcaba el ataque del local.

De pronto y sin que nadie se imaginara que iba a ocurrir, se generó un tumulto mayúsculo en el sector donde estaba Royano, donde participó la totalidad de los protagonistas, incluso los auxiliares de ambos conjuntos. Hubo forcejeos y voló alguna mano que no llegó a destino ante la pasividad del árbitro.

Cuando se calmaron los ánimos, el único que pagó los platos rotos fue Fabián Velardez, preparador de arqueros de los “santos”. Fue el chivo expiatorio que eligió el juez salteño para quedar bien, cuando en verdad, no sólo Lucas Bossio debió irse expulsado.

Pero no todo terminó allí. Luego de finalizado el encuentro y debido a que el micro que trasladó al plantel tardaba en llegar, el equipo “santo” decidió emprender el regreso hasta el hotel caminando, teniendo en cuenta que había sólo cuatro cuadras de distancia. Cuando Sebastián Pena se retiraba solo, pasó cerca un micro con hinchas de Unión Aconquija, que comenzaron a escupirlo. Esta acción motivó la ira del técnico, que contestó con insultos hacia los agresores. Si las cosas no pasaron a mayores, fue porque los efectivos policiales que estaban en el portón de entrada a platea se dieron cuenta de la situación y evitaron que los enardecidos simpatizantes locales agredieran al entrenador.

“Lo más grave que se le puede hacer a un ser humano es escupirlo. Por eso tuve tamaña reacción ante gente que en vez de celebrar el triunfo, se dedicó a agredirnos. Esto es fútbol y la vida pasa por otro lado para exteriorizar tanto grado de violencia y resentimiento”, dijo el entrenador antes de ingresar al hotel donde se alojaban para cenar y luego emprender el regreso a Tucumán.

Comentarios