Cancha y teatro "Xeneize"

Cancha y teatro "Xeneize"

Algunos con más calma y otros con aliento constante vivieron la victoria

PARECÍA LA POPULAR. Los hinchas de Boca vivieron el partido como si estuvieran en la cancha: hubo torsos desnudos, papelitos y banderas. la gaceta / fotos de diego aráoz PARECÍA LA POPULAR. Los hinchas de Boca vivieron el partido como si estuvieran en la cancha: hubo torsos desnudos, papelitos y banderas. la gaceta / fotos de diego aráoz
Los hinchas de Boca estuvieron divididos. Y la división nada tiene que ver con diferencias irreconciliables. Al contrario. Por esas cosas del lugar elegido, la agrupación Tucumán Xeneize se separó en el bar de calle Benjamín Aráoz primera cuadra que se vuelve exclusivo cuando juega Boca.

Los simpatizantes que llegaron al corazón de la zona de El Bajo querían festejar el triunfo de su equipo. De eso no hay dudas, pero la manera vivir el proceso los diferenció y ordenó gracias a la enorme chimenea que tiene el lugar. Desde sus costados se extienden firmes y sólidas paredes que hacen las veces de barra.

El croquis del lugar se dibuja así cuando juega Boca: entrada, hinchas de pie con bombos, trompetas, banderas; la barra corta sólo un poco el bullicio que lo mismo se cuela hacia la parte trasera del local. Ese sector tiene más clima de teatro que de cancha.

“Lo veo desde este lado porque me gusta estar tranquilo”, explicó Marcos durante el entretiempo. Es el momento en el que el eco de los hinchas se cuela menos porque cantan afuera, al frente de la ex terminal de ómnibus. “No es lo mismo verlo allá que acá”, apunta el de Banda del Río Salí. “Pero la pasión es la misma”, agregó el hincha.

Un grito los unió

Hay manera de corroborar lo que apuntó Marcos sobre la pasión. Hay que remontarse a ese minuto 18 del primer tiempo en el que el Monumental quedó mudo y la mitad más uno cubrió con un alarido de gol el país. Fue en ese momento en que no hubo división posible, ni barra de ladrillos sólidos que separara a los hinchas.

El teatro se volvió cancha inevitablemente. Las sillas y mesas, hasta ese momento prolijamente ubicadas, quedaron vacías y desparramadas. Los del teatro corrieron hacia la cancha y viceversa. Nicolás Lodeiro, vía gol, los unió a todos.

“Es la primera vez que venimos a ver un partido aquí”, reveló Gabriel Bustos. El paseo por el parque 9 de Julio se sabía iba a ser corto. “Vimos la gente que venía hacia acá y nos unimos a ellos”, explicó.

Juan, su papá, prometió. “Vamos a volver por cábala”, anticipó en el teatro “xeneize” de Benjamín Aráoz primera cuadra.

Comentarios