Lodeiro, gestor del triunfo “xeneize”, vivió su momento de gloria en el club

Lodeiro, gestor del triunfo “xeneize”, vivió su momento de gloria en el club

Después de vivir una semana complicada, Boca ordenó la casa y cosechó tres puntos de oro.

EL ELEGIDO. Lodeiro ya fusiló a Barovero y emprende la marcha triunfal para festejar su gol, perseguido por sus compañeros. télam EL ELEGIDO. Lodeiro ya fusiló a Barovero y emprende la marcha triunfal para festejar su gol, perseguido por sus compañeros. télam
La ira es una emoción que bien dosificada es altamente adaptativa, dicen los psicólogos. Y el fútbol suele ser un buen espejo de la vida.

“Le pegué con rabia, con toda el alma”, afirmó Nicolás Lodeiro sobre esa pelota que perforó la resistencia de Barovero y de otros dos rivales. Una pelota que se metió en el arco de River, un bombazo que quizá se inscriba también en la historia, ni que hablar si es que Boca grita campeón dentro de un par de meses.

El destino le tiró una soga al “xeneize” después de tantas malas. Y corrigió al “Vasco” Arruabarrena, quien en reemplazo del lesionado Pablo Pérez había optado por otorgarle la posibilidad de una rápida redención a Rodrigo Bentancur. Lodeiro, otra vez al banco desde el arranque. Pero la lesión express de Fernando Gago, a los 24 segundos de juego, le hizo un lugar en la cancha al uruguayo, y con ello Boca ganó en intensidad y poder de fuego.

“No hay que bajar nunca los brazos. Tenía muchas ganas de jugar, como todo el mundo. No es lindo entrar de esta manera por la lesión de un compañero, pero traté de aprovechar la oportunidad”, dijo Lodeiro, a la postre genio y figura de la victoria superclásica.

“Sin duda, esto es de lo más importante que me tocó vivir en mi carrera. No me lo voy a olvidar más”, confesó el volante, quien a sus 26 años quiere seguir los pasos de su compatriota “Manteca” Martínez e ingresar al exclusivo Olimpo de uruguayos que fueron campeones con la camiseta del “xeneize”.

No le está resultando sencillo, porque el “Vasco” suele priorizar otros nombres, tal como lo hizo en el Monumental. Pero el destino tenía otros planes.

Con su talento, su entrega y su efectividad, el “charrúa” Lodeiro les arrancó una sonrisa a millones de hinchas de Boca. También él se fue feliz, dedicándole la victoria al Barrio Jardín del Paysandú que lo vio nacer. Y a su esposa Micaela, y su hijito Leandro, “que vino con el pan bajo el brazo”. Y con un gol inolvidable.

Después de vivir una semana complicada por la derrota sufrida contra San Lorenzo, que lo bajó de la cima, Boca ordenó la casa y cosechó tres puntos de oro que lo depositan otra vez en lo más alto de la tabla, cuando el torneo ingresa en la recta final. “Sabemos que los seis partidos que quedan (del campeonato) serán como éste o más difíciles. Parece una frase hecha pero son todas finales”, sostuvo el uruguayo cuando el Monumental ya había quedado en silencio.

Boca, Lodeiro y compañía, volvieron a ser felices.


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