La digitalización de un valioso patrimonio fílmico

La digitalización de un valioso patrimonio fílmico

Cuenta Luis Puenzo que, a fines de los años 80, estaba trabajando en Los Angeles cuando recibió de la Academia una invitación para una proyección de la aclamada “Lawrence de Arabia”. El director argentino, el primero en alzar un Oscar por su película “La historia oficial”, llegó al cine de jeans y se encontró con gente arreglada como para una gala. Ese fue el primer indicio de que no se trataba de cualquier función. La confirmación llegó cuando subieron al escenario Martin Scorsese, Steven Spielberg y George Lucas para presentar la versión remasterizada de la obra maestra de David Lean. “Era la primera de una serie de películas clásicas que restaurarían -recuerda Puenzo, casi 30 años después-. Nosotros estábamos muy lejos de eso, apenas podíamos filmar las películas. Ni se nos ocurría que también había que cuidarlas”. Una reflexión similar pudo haber motivado la concreción de un convenio entre la Universidad Nacional de Tucumán y la TV Pública que permitirá digitalizar el acervo del Instituto Cinefotográfico de la UNT (Icunt, hoy Escuela de Cine y Video). Esto no sólo asegurará su conservación en el tiempo, sino que permitirá que los tucumanos, finalmente, podamos tener acceso a una riquísima colección compuesta por obras de Héctor Peirano, Gerardo Vallejo, Jorge Wyngaard y Jorge Prelorán, todos pioneros de la realización cinematográfica provincial.

Esta novedad, a todas luces positiva, permitirá que estos filmes prácticamente desconocidos para muchos tucumanos, puedan difundirse también de manera masiva a través de distintos formatos, incluido Internet. Entre las joyas que serán digitalizadas se encuentra una película que hizo historia: “Una institución en marcha”. Esta obra marca el inicio de la historia audiovisual de la UNT, dirigida por el fundador del Icunt, Héctor Peirano. Una vez digitalizados los títulos del archivo, podrán mandarse a razón de 30 por mes (según el convenio firmado con la Nación) para que sean subidos a la nube. Luego se guardarán en un disco rígido y en un soporte magnético y se copiarán en formato DVD para facilitar el acceso de quienes lo soliciten.

Nos parece importante que este trabajo indispensable haya comenzado a hacerse. El Estado provincial debería involucrarse no sólo en apoyar en forma sostenida otros archivos que resguardan invaluables colecciones (como las bibliotecas populares), sino también en la labor de rescate de su patrimonio más valioso, en particular el vinculado con Tucumán. Sería positivo si se adecuaran estas nobles instituciones a los tiempos actuales, informatizándolas, de manera que pudiesen no sólo disponer de una base de datos con todos sus títulos, sino también que estén interconectadas en red. De ese modo, volverían a ser útiles para la comunidad como antaño y no estar condenadas a la desaparición progresiva. No en vano se dice que un pueblo sin memoria está condenado al fracaso.

Sin conservar y difundir el patrimonio fílmico se pierde una parte fundamental de la cultura. “Las películas son como los libros, no tienen por qué morirse -dice Puenzo-. Mi generación se formó viendo películas clásicas en el Lorraine. Cuando empecé a trabajar en publicidad y era muy joven, trabajé con directores de fotografía de la época de oro del cine argentino y aprendí mucho de ellos. No sólo de técnica: entendí que hacer cine es formar parte de algo mayor que uno”. Y las películas del Icunt forman parte de algo mayor: nuestra identidad.

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