31 Julio 2015
ATRACTIVA MUESTRA. Elegantes muebles de estilo se mezclan con otros rústicos y objetos campestres. LA GACETA / Foto de Diego Aráoz
En los amplios salones de Catamarca 50, ya está todo listo para que la Fundación de Albergues Infantiles (FAI) inaugure mañana, a las 10, la XX° Venta FAI de Arte y Antigüedades 2015. Estará abierta al público, de 10 a 21, hasta el 8 de agosto.
Elegantes muebles de estilo, como una mesa de sala Biedermeier con aplicaciones de bronce, para seis personas; un comedor francés con mármol veneciano, incrustaciones de bronce y marquetería; sillones coloniales y una mesa colonial con tapa de mármol se mezclan con un sinfín de coloridos muebles vintage, escritorios de madera, dressoires y variadísimos objetos para el hogar.
Elementos curiosos
Entre las piezas curiosas se destaca una pequeña heladera roja con la estampa de una marca de gaseosa internacional, para enfriar bebida con hielo en barra. Tiene algunas décadas pero está perfectamente conservada. De igual modo llama la atención un viejo tablero de madera para dibujo, con reglas y escuadra incluidas; una caja con hormas de zapatos para adultos y niños; y una colección de los típicos frascos marrones que usaban antiguamente las farmacias para poner los preparados que vendían.
En vitrinas y en mesas se exhiben mates y saumerios de plata, cubiertos, importantes juegos de cristalería, de porcelana, de cerámica, soperas, platos, bandejas, ensaladeras y elementos decorativos para el hogar.
Arañas y alfombras
Mención aparte merecen las antiguas arañas de bronce y, cristal con caireles. Las de hay de todos los tamaños -algunas más suntuosas que otras-, pero todas retrotraen a las casonas amplias y elegantes de antaño, y armonizan con las grandes alfombras estilo persa.
Pinturas y grabados
Como todos los años, no faltan las pinturas y los grabados de reconocidos artistas. Esta vez, los coleccionistas y amantes del arte encontrarán obras de Osorio Luque, Lobo de la Vega, Santos Legname, Víctor Quiroga, Ramiro Dávalos, Demetrio Iramain, Juan Carlos Iramain, Abelardo Pantoja y Cordiviola, entre otros. También hay una gran variedad de imágenes cuzqueñas, lámparas y esculturas.
Los muebles rústicos de campo y otros elementos de la vida rural también tienen su espacio en la muestra de FAI: sillas de madera con asiento de cuero, sillas petisas de tiento, un catre de tiento de dos plazas, faroles de hierro, tachos lecheros o de tambo, pavas y ollas de alumnio, alpargatas fabricadas por los chicos que alberga FAI, petacas de cuero, arcones, bancos de madera, canastos, alcuzas, espejos, botellas de colores, grandes damajuanas y morteros de mármol de todos los tamaños.
Obra benefactora
FAI fue creada en 1992 para contener, alimentar, educar, procurarles atención médica y abrirles camino hacia el campo laboral a chicos en situación de riesgo. Desde entonces se mantiene gracias al esfuerzo del grupo fundador, de los voluntarios, de la solidaridad de vecinos y de empresas tucumanas, de subsidios que le otorga la Caja Popular de Ahorros y Políticas Sociales de la Nación, y de su tradicional subasta anual de antigüedades.
“En la casa de Buenos Aires 855, de dos plantas, FAI atiende las necesidades de una veintena de niños, adolescentes y jóvenes. El edificio tiene cocina y lavaderos, dormitorios en la planta alta, un amplio patio, un taller de zapatería y otro de carpintería, y una sala de estudios. También tenemos otra sede en el Oratorio San Antonio, de Lules. Allí funcionan un comedor y un centro de asistencia familiar. Unos 150 chicos comen a diario, reciben apoyo escolar y psicológico, aprenden catequesis y asisten a talleres. Las madres cocinan y desarrollan microemprendimientos porque están comprometidas con este proyecto de contención de chicos en situación de riesgo”, detalló Susana Toledo, miembro de FAI.
Elegantes muebles de estilo, como una mesa de sala Biedermeier con aplicaciones de bronce, para seis personas; un comedor francés con mármol veneciano, incrustaciones de bronce y marquetería; sillones coloniales y una mesa colonial con tapa de mármol se mezclan con un sinfín de coloridos muebles vintage, escritorios de madera, dressoires y variadísimos objetos para el hogar.
Elementos curiosos
Entre las piezas curiosas se destaca una pequeña heladera roja con la estampa de una marca de gaseosa internacional, para enfriar bebida con hielo en barra. Tiene algunas décadas pero está perfectamente conservada. De igual modo llama la atención un viejo tablero de madera para dibujo, con reglas y escuadra incluidas; una caja con hormas de zapatos para adultos y niños; y una colección de los típicos frascos marrones que usaban antiguamente las farmacias para poner los preparados que vendían.
En vitrinas y en mesas se exhiben mates y saumerios de plata, cubiertos, importantes juegos de cristalería, de porcelana, de cerámica, soperas, platos, bandejas, ensaladeras y elementos decorativos para el hogar.
Arañas y alfombras
Mención aparte merecen las antiguas arañas de bronce y, cristal con caireles. Las de hay de todos los tamaños -algunas más suntuosas que otras-, pero todas retrotraen a las casonas amplias y elegantes de antaño, y armonizan con las grandes alfombras estilo persa.
Pinturas y grabados
Como todos los años, no faltan las pinturas y los grabados de reconocidos artistas. Esta vez, los coleccionistas y amantes del arte encontrarán obras de Osorio Luque, Lobo de la Vega, Santos Legname, Víctor Quiroga, Ramiro Dávalos, Demetrio Iramain, Juan Carlos Iramain, Abelardo Pantoja y Cordiviola, entre otros. También hay una gran variedad de imágenes cuzqueñas, lámparas y esculturas.
Los muebles rústicos de campo y otros elementos de la vida rural también tienen su espacio en la muestra de FAI: sillas de madera con asiento de cuero, sillas petisas de tiento, un catre de tiento de dos plazas, faroles de hierro, tachos lecheros o de tambo, pavas y ollas de alumnio, alpargatas fabricadas por los chicos que alberga FAI, petacas de cuero, arcones, bancos de madera, canastos, alcuzas, espejos, botellas de colores, grandes damajuanas y morteros de mármol de todos los tamaños.
Obra benefactora
FAI fue creada en 1992 para contener, alimentar, educar, procurarles atención médica y abrirles camino hacia el campo laboral a chicos en situación de riesgo. Desde entonces se mantiene gracias al esfuerzo del grupo fundador, de los voluntarios, de la solidaridad de vecinos y de empresas tucumanas, de subsidios que le otorga la Caja Popular de Ahorros y Políticas Sociales de la Nación, y de su tradicional subasta anual de antigüedades.
“En la casa de Buenos Aires 855, de dos plantas, FAI atiende las necesidades de una veintena de niños, adolescentes y jóvenes. El edificio tiene cocina y lavaderos, dormitorios en la planta alta, un amplio patio, un taller de zapatería y otro de carpintería, y una sala de estudios. También tenemos otra sede en el Oratorio San Antonio, de Lules. Allí funcionan un comedor y un centro de asistencia familiar. Unos 150 chicos comen a diario, reciben apoyo escolar y psicológico, aprenden catequesis y asisten a talleres. Las madres cocinan y desarrollan microemprendimientos porque están comprometidas con este proyecto de contención de chicos en situación de riesgo”, detalló Susana Toledo, miembro de FAI.
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