Atlético empató y regaló puntos claves

Atlético empató y regaló puntos claves

Fue 1 a 1 contra Unión. El "decano" es campeón de despilfarrar goles. Video.

SIN RESPUESTA. Bianchi, Imbert y Acosta miran caminan desconsolados hacia el túnel que los depositará en el vestuario local. LA GACETA  / FOTO DE HÉCTOR PERALTA SIN RESPUESTA. Bianchi, Imbert y Acosta miran caminan desconsolados hacia el túnel que los depositará en el vestuario local. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
Siendo amplio dominador, el “decano” volvió a enredarse solo y a darle vida a un rival marplatense que pedía la hora a los 15’ del primer tiempo. Atlético entra en crisis y se nubla.

En la primera mitad del primer tiempo, Atlético contó con varias chances de gol. El equipo es peligroso y lo ratifica, aunque no convierta mucho. Un pecado

Si la actualidad de Atlético fuese comparada con la historia fantástica del séptimo arte, el “decano” protagonizaría a Robin Hood, aquel paladín de la justicia que brega por la necesidad de los pobres. Atlético es eso, un equipo generoso que ante los débiles de la B Nacional se derrite de piedad.

No puede lastimar a quienes debería fusilar. No pudo vencer al que viene siendo vencido por el resto. Atlético no mata, perdona. Tuvo la posibilidad de acercarse la semana pasada a la cima, pero regaló dos puntos con el último, Sportivo Belgrano. Y anoche, que podría haber mantenido la distancia con los dos líderes, Patronato y Santamarina, y sacado un buen colchón de puntos respecto del sexto de la grilla, caminó por el costado equivocado del camino victorioso que había creado cuando el partido recién entraba en clima.

Atlético es campeón de despilfarrar goles. No es “decano”, es un millonario al que no le interesa su fortuna, ama dilapidarla. Así lo demostró en sus últimas presentaciones, desde el 1-2 con Gimnasia de Jujuy para adelante.

Atlético fue un equipo goleador, ahora no lo es. Crea demasiado, convierte poco. De hecho, es inversionista de su propia desgracia. Dominando a voluntad a un Unión de Mar del Plata que concedía los mismos errores que un equipo del barrio armado a los tumbos, se metió en la misma pileta de barro que tomó como propia en este tiempo.

Entró afiladísimo, cascoteando el arco de Nahuel Losada. Llegó el 1-0 gracias a una pelota que Juan Imbert no dejó morir en un rechazo de un córner, y de una buena definición de Leandro Díaz que terminó en la red. Para cualquier club del mundo pasar a ganar ya es la mejor noticia que pueda existir. Para Atlético, en cambio, no. Insistió un rato. Díaz tuvo el 2-0 después de una gran habilitación de Menéndez. Se apuró. Estando solo desperdició la chance.

Y como generoso que es, durmió atrás, Ariel Seltzer corrió solito por la banda, tiró un centro y Nahuel Santos empujó el balón a la red, justo en el cierre del primer tiempo. Lo demás, es materia conocida: Luego Atlético fue a buscar el triunfo torpemente y casi pierde con el tercer peor equipo del torneo.

Comentarios