Un largo camino a Primera

Un largo camino a Primera

Con nuevo formato, los 22 equipos se enfrentarán todos contra todos a dos ruedas (42 fechas), con dos ascensos y cuatro descensos en disputa.

CÁBALA. Nievas Escobar, que ascendió con Crucero del Norte, se mudó a Central Córdoba.  la gaceta / foto de enrique galíndez (archivo) CÁBALA. Nievas Escobar, que ascendió con Crucero del Norte, se mudó a Central Córdoba. la gaceta / foto de enrique galíndez (archivo)
15 Febrero 2015
Entre la B Nacional de transición y la que quedó tras el éxodo masivo de clubes hacia el campeonato de Primera hay una diferencia fundamental, y es justamente la generosidad a la hora de otorgar plazas en la máxima categoría. Mientras que en la temporada pasada se regalaron los ascensos en una kermesse histórica y que difícilmente vuelva a repetirse (subieron 10, casi la mitad de los 22 equipos en competencia), en esta sólo habrá dos en pugna, incluso menos que los tres que repartían los campeonatos anteriores al del año pasado. Y por ellos habrá que librar una batalla tan extensa como extenuante, que comenzó el viernes y culminará el 14 de noviembre.

Serán 42 fechas en total, divididas en dos ruedas a ida y vuelta, todos contra todos. El campeón ascenderá directamente. Los clasificados del 2° al 5° puesto jugarán un torneo reducido, cuyo ganador obtendrá el segundo ascenso.

En esta oportunidad volverán los descensos, suspendidos en el formato de transición. Perderán la categoría los cuatro peores de la tabla de promedios, sin importar su condición (directa o indirectamente afiliado a AFA).

En lo que atañe a la programación, el certamen tendrá cuatro fechas entre semana y el resto se disputará los fines de semana.

Una de las consecuencias de la migración de equipos que convirtió al torneo de Primera en el más numeroso del mundo, es que la gran mayoría de equipos que ahora conforman el campeonato de la segunda categoría son del interior del país. De Buenos Aires solo están All Boys, Chacarita, Douglas Haig, Ferro, Los Andes, Santamarina y Villa Dálmine. Ello se traduce en una mayor cantidad de kilómetros a recorrer, lo que incrementa no sólo los costos de traslado, sino también el desgaste físico de los planteles.

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