Los "decanos" tuvieron una procesión inolvidable

Los "decanos" tuvieron una procesión inolvidable

Revivió el minuto a minuto de un día teñido de celeste y blanco en el Monumental.

UN DEVOTO POR PARTIDA DOBLE. Manuel Zelarayán llevó la imagen de la Virgen del Valle al Monumental. LA GACETA UN DEVOTO POR PARTIDA DOBLE. Manuel Zelarayán llevó la imagen de la Virgen del Valle al Monumental. LA GACETA
No fue un día más en la rica historia de Atlético. Fue la jornada en la que sus fieles seguidores protagonizaron una procesión para llegar al estadio. Hubo otra que pasó por el centro del pecho de todos aquellos que sufrieron hasta que Luis Miguel Rodríguez marcara el cuarto gol y asegurara el desempate.

9.30.- Barrio Norte todavía no se había despertado y los simpatizantes “decanos” lo coparon buscando una entrada para poder estar presentes en el Monumental. “¿Qué juega la Selección?”, preguntó María del Carmen de Herrera, con la bata aún colocada, en Maipú al 500. Los fanáticos que la escucharon, literalmente, se tomaron la cabeza y ni le respondieron.

12.45.- La calma que se había impuesto durante las primeras horas de la mañana, se destruyó en mil pedazos después del mediodía. Los fanáticos no aguantaron tanta ansiedad y se volcaron a las bocas de venta de entradas para hacer la previa. “Esto es Tucumán, ¿quién se acuerda del otro equipo?”, se preguntó Mario Medina.

14.15.- Barrio Norte, desde la Santiago hacia el norte es una marea celeste y blanca que va y viene de un lado a otro. No hay quiosco o drugstore que no tenga en su interior un grupo de simpatizantes comprando bebida, fundamentalmente cerveza y cajas de vino. “Están tomando desde hace mucho tiempo. Pensábamos que habría movimiento, pero no tanto. Como cada vez que se juega un partido importante, los vecinos del estadio sufrimos un montón”, explicó Rosario de Jiménez.

15.15.- “Abrán la puerta, dejen pasar a la gente”, ordenó el comisario Jorge Díaz, jefe de Seguridad Deportiva de la Policía, 45 minutos antes de lo previsto. Inmediatamente, las miles de almas que estaban aguardando para ingresar al Monumental. Fue una medida acertada, puesto que de esta manera se evitó la aglomeración de personas. “Nos inclinamos con esta metodología por una sola razón: es más fácil controlar a los hinchas en las tribunas que cuando están dando vueltas en la calle”, aseguró el comisario.

15.45.- Primer problema en puerta. “Jefe, aquí hay una persona que dice que está autorizada a poner bombas de humo en el campo para recibir al equipo”, avisa el operador de la radio policial. ”Negativo, no se puede utilizar esos elementos; puede generar inconvenientes”, le respondieron. Nadie cumplió la orden, y como se había adelantado, el uso de esos elementos generó principios de incendio antes de que comenzara el cotejo.

16.27.- Llega Santamarina al Monumental. Del vestuario pasa al campo. Una lluvia de silbidos y cataratas de insultos rompen la tediosa paz del Monumental.

17.15.- “A esta imagen de la Virgen del Valle la compré cuando Atlético ascendió en Córdoba. La traigo porque seguro que nos ayudará”, aseguró Manuel Zelarayán antes de ingresar al estadio. En el camino, otros “decanos” le piden ayuda, pero todos se sorprendieron cuando un grupo de policías le pidió protección. “Pidan nomás, porque van a necesitar ayuda si perdemos”, bromeó ese fanático que nunca falta. Después de generar risotadas entre los uniformados disparó: “Ehh amigo, te pido que después no me desconozcás”.

18.03.- Explota el Monumental cuando sale el equipo. A varios plateístas se les pianta un lagrimón ante semejante show de color. En las tribunas, los centenares de flashes de los celulares, como si fueran miles de luciérnagas, le dan un marco mágico a ese momento.

18.23.- “Gol de Huracán”, le avisa Hugo Carrizo. “No importa, hay que ganar como sea. Además, si vamos a desempate nos comen crudos”, le responde su hermano Bruno.

19.49.- La victoria está en el bolsillo y los Carrizo vuelven a entrar en escena. Con el 4 a 1 bajo el brazo, Bruno opinó desafiante: “ahora lo quiero ver a Huracán”.

20.02. Se acabó el partido. Más fuegos artificiales. Mucha emoción y esperanza. Increíble, pero no hubo invasión de público. Todos se quedaron en las tribunas a disfrutar ese momento único. Todos sueñan que esta historia tenga un final de Primera para que la fiesta no termine nunca.

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